Gracias por llamar

Claro que se le puede reprochar que una de las alborotadoras es la madre de un niño que «luchó valientemente contra el cáncer» (no tengo claro si eso significa que murió). La ofensa anticipada era sobre niños con cáncer que piden que Ricky Gervais les mande un vídeo personalizado a través de la fundación 'Make a Wish'. El chiste consiste en que Gervais pregunta al niño que por qué ha pedido verlo a él en lugar de pedir ponerse bien. «¿Es que también eres retrasado?». Pero no suelta el chiste y se va. Se ve obligado a recordar que interpreta un papel, que él no utiliza la palabra retrasado. Al final del espectáculo recuerda que el humor es para reírse de lo malo y superarlo.

En cuanto a lo de que la gente ofendida no cuenta, es lo que ya entendió Shirley Jackson en tiempos en que no había internet sino correo postal. En 1948 publicó 'La lotería' y las cartas fueron poco amigables. En una, la escritora contestaba a una tal Mrs. White: «Si no le gustan mis melocotones, no agite mi árbol. Sinceramente, Shirley Jackson». A la vista de la avalancha de piropos concluyó: «Si pensara que se trata de un muestrario representativo del público lector dejaría de escribir».

Sharon Stone también interpretaba un papel, pero las tetas eran suyas. Quizá la pregunta, aunque inapropiada, tenía sentido.