¿Mi desigualdad? Tu privilegio

También Sánchez tiene chispa situando su acto de odio a los Lamborghinis en un edificio, el del Cervantes, que está enfrente del Banco de España. Era el último sitio, por Escrivá, donde había dejado depositados sus cataplines, como los perros que marcan territorio haciendo pipí en las cortinas y sillones.

Lo bueno para Montero fue que como tenía mucho espacio en el Senado, como cuando yo me compro dos entradas en el cine Palafox, pudo dejar el bolso en el escaño del presidente, cosa muy tradicional de vicepresidentas españolas. Hay que pensar un nombre para eso. El bolso Asprey de Thatcher era una baza política. Hasta se creó un término, 'handbagging', que significa, referido a una mujer, lanzar un fiero ataque verbal. Eso lo hace muy bien Montero con el PP. La mayor parte de su no explicación fue criticar al partido.

En el Gobierno, PSOE y aledaños, cuando no toman en vano el nombre de Cuenca, Soria o Teruel, desvían la atención de otra manera. ¿Desigualdad del concierto no concierto con Cataluña? Privilegio de Madrid con la política fiscal de Ayuso (el Lamborghini es el Maserati del novio, pero se habrán equivocado de marca italiana). Es el mismo tipo de desvío que se lleva haciendo con el programa de Broncano. Por la tabarra de que cada entrega cuesta 40.000 euros menos que '4 estrellas'. Que no es una cuestión de dinero. O no solo.