vivimos como suizos
Camas separadas
El ideal de convivencia es un privilegio de los ricos y de la gente sola
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Que no lo llamen matrimonio. La frase surgió en la oposición de la derecha al matrimonio entre personas del mismo sexo. También se puede utilizar para la bendición papal a los homosexuales. Que dicen que este Papa es progresista. Y mi abuela, astronauta. Y ... ahora también se puede decir con respecto a las manifestaciones de Cameron Díaz. O sea, a su defensa de que las parejas duerman en camas separadas. Incluso que tengan casas separadas. Me parece bien. Incluso me parece bien vivir en ciudades separadas. Al fin y al cabo, como diría Colin Chapman, fundador de Lotus, el secreto de un matrimonio de éxito es estar poco en casa. Y añadiría lo de Malcolm Bradbury de que el matrimonio es la más avanzada forma de guerra del mundo moderno. Paparruchas, pese a que se tomen berrinches, por utilizar el nuevo vocabulario de Pedro Sánchez. Y a todo esto, la actriz está felizmente casada.
Ahora bien, si quieres emparejarte será porque quieres emparejarte. Ello no quita que incluso en la cercanía haya una distancia básica que no se debería acortar: baños separados. Y camas pegadas con ropa individual y la colcha enorme encima para que parezca una, grande y libre.
Pero todo eso que parece ideal para una buena convivencia es para ricos. A veces la gente se va a vivir junta para pagar un alquiler y no dos. También es para la realeza. Para la Reina Isabel y Felipe de Edimburgo. Y para otros. Viendo los últimos capítulos de 'The Crown' y los enormes dormitorios de la Princesa Margarita en el palacio de Kensington y de la Reina madre en Clarence House (estas dos, mujeres solas), casi me da un patatús de envidia. Podías meter una mesa de ping-pong a los pies de la cama y una cama elástica al lado de la otra. Y tengo que decir, que, pese a que la temporada final empezó de manera vulgar con los capítulos de la Princesa Diana, en los últimos Peter Morgan ha vuelto a dejar la serie en todo lo alto.
Pero a lo de Cameron Díaz que no lo llamen matrimonio, que no lo llamen pareja, que no lo llamen nada. Si no te gusta dormir con alguien no duermas. O hazlo con un perro.
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