vivimos como suizos
Balmoral
Sánchez no ha construido ningún muro, estaba ahí y se ha comprobado con las reacciones a la boda de Almeida
Sin babosos
Relojes parados
El otro día fui a escribir de Balmoral, de poder ir, pero ya lo había hecho cuando el 'Daily Mail' publicó que el Príncipe Carlos pensaba abrir el castillo escocés. Una siempre escribe de lo mismo. Claro que pagaría 115 euros. Poco. No es ... la birria de visitar los jardines de Marivent, lo más cerca que ha estado el Gobierno balear de instaurar la guillotina.
Ya se han agotado las entradas para Balmoral. Exclusivo es un término con mucho polvo y varias capas de pintura. «Una urbanización exclusiva», «un hotel exclusivo», «un restaurante exclusivo». Lo dicen como sinónimo de caro. Como dicen tonadillera a Pantoja cuando ni siquiera han empezado por decir cantante, cuando todavía no necesitan algún sinónimo. Lo exclusivo es pasar la Navidad en Sandringham, la casa en Norfolk de la Familia Real inglesa, y ponerte un abrigaco para ir a misa. Mustique, que tanto le gustaba a la Princesa Margarita, o Kloster, donde esquían los Windsor, son caros. Dormir en Sandringham o comer en Wood Farm (ahí se reúnen para las comidas de caza) son exclusivos. Dormir en Balmoral seguirá siendo exclusivo porque, que sepamos, Elon Musk no puede pagar para hacerlo.
He escuchado a Inés Hernand hablar en la Ser sobre la boda de Almeida y decir de esas personas que «representan a una España reducida, pero a la vez con acceso a los recursos y oportunidades excluidos al resto de la sociedad. La España de Dios los cría y ellos se juntan, la España a la que solo estás invitado si eres del servicio«. Amárrame los pavos. Me acordé de aquella columna de una escritora que fue a hacerse una prueba de Covid en »un barrio rico de Madrid« y le sorprendió que costara solo 25 euros. Que »quizá la oferta respondía a la obsesión de los señores de la casa por mantener libres de infecciones a las chicas del servicio«. Sánchez no ha construido ningún muro, estaba ahí. Sólo me queda la esperanza de un Ortega. Es decir, de un programa de Juan Carlos Ortega sobre la boda del alcalde.
Voy a ver si llego a tiempo a Sandringham. Que ahora los del servicio podremos entrar por la puerta principal.
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