vivimos como suizos
El ascua
Pleitos tengas, los ganes y que la sentencia esté muy clarita
A veces es un voto particular. A veces, una frase en la sentencia. Muchas veces, una resolución judicial tiene cosas donde rascar más allá de lo que diga el fallo. A veces algo a lo que agarrarse. El clavo, la sardina, el ascua. El mayor ... ejemplo es la sentencia de Gürtel de la Audiencia Nacional que justificó la moción de censura contra Rajoy. Cuando el PP fue condenado como persona jurídica a pagar 245.492 euros por lucrarse a través de sus exalcaldes en Majadahonda y Pozuelo. Una sentencia afeada después por el Tribunal Supremo al considerar que se habían incluido de forma innecesaria afirmaciones relacionadas con la existencia de una caja B en el PP, atribuyendo al PP un delito que no se enjuiciaba entonces.
Ahora, voto particular en la sentencia de los ERE de dos magistradas. Se dice que «de sensibilidad progresista». La justicia, ya lo decía Pacheco, es un cachondeo. De sensibilidades. Hace unos meses, un juez italiano archivó la causa de Mario Biondo, el marido de Raquel Sánchez Silva, «por limitaciones procesales». Por resultar imposible hacer nuevas investigaciones. Y dictaminó que «fue asesinado por manos desconocidas y posteriormente colocado en una posición capaz de simular un suicidio». Como sostiene su familia. O sea, dando carrete a la poco discreta familia, pese al archivo.
En 'La disciplina de Penélope' (Duomo), Gianrico Carofiglio cuenta la historia de una exfiscal a la que un hombre pide una investigación. Él mismo fue investigado por el asesinato de su esposa. La causa se archivó, pero el auto mantuvo la sospecha. Sostenía que no había pruebas para proceder, pero que las sospechas en contra del marido eran «inquietantes», sobre todo porque la investigación revela la inexistencia de hipótesis alternativas. Y ese hombre pide a la antigua fiscal Penny Spada, un personaje extraordinariamente bien escrito, que encuentre al asesino para recuperar su honor y para saber qué contarle a su hija.
El ascua, que es incandescente aunque sin llama, y no un concepto jurídico, es eso que no quieres (o sí) encontrarte en una sentencia.
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