Vivimos como suizos
Ahí está el fenómeno
Qué habilidad la de Sánchez para denunciar presuntos bulos con falacias reales
Su delantal, su puerta
Conciencia
Joseph Roth leyó en 'Blanco y Negro' un artículo de 1917 sobre Braulio Sánchez, 'El Ceporro', famoso torero. Cuenta que fue al teatro y su presencia interrumpió la representación. Todos, los actores o el apuntador, querían ver a El Ceporro. Escribe Roth: «¡Afortunada España, ... que aún puede entusiasmarse con algo en el teatro!». Tras el artículo titulado 'Toreador', recogido en el libro 'Gabinete de curiosidades' (Ladera Norte), se explica que Braulio Sánchez, 'El Ceporro, no existió. Roth había tomado por cierta una página satírica titulada '¡Ahí está el fenómeno!', cuyos autores eran el escritor cómico Agustín Rodríguez Bonnat y el ilustrador Pellicer.
De todas las cosas que se han dicho de Begoña Gómez no he escuchado ni leído que la hayan mandado a fregar. Sin embargo, haciendo uso de la anáfora y creyéndose Marina Abramovic, Pedro Sánchez dijo estas palabras en su discurso sobre lo que está mal en el mundo (aquí se creía Chesterton): '«Si permitimos que se vuelva a relegar el papel de la mujer al ámbito doméstico, teniendo que sacrificar su carrera profesional en beneficio de la de su marido…». Es el mejor ejemplo de su habilidad para denunciar presuntos bulos con falacias reales.
Desde el miércoles, con su extravagante petición de tiempo para reflexionar, Sánchez ha mezclado lo ridículo con lo solemne para acabar en lo grave. No será tan grave como la ley de amnistía a cambio de siete votos, pero este paripé presidencial, esta 'performance' (la Fundéu prefiere espectáculo, representación o actuación) es lo de Antonio Recio en 'La que se avecina' anunciando que dimite como presidente de la comunidad para inmediatamente decir que no. Aquí ha faltado la inmediatez. Había que cebar. Esa es la parte ridícula. La parte grave, más allá de lo ya perpetrado, es ese llamamiento a la movilización «en una apuesta decidida por la dignidad y el sentido común, poniendo freno a la política de la vergüenza que llevamos demasiado tiempo sufriendo…».
A ver, un bulo es que Brigitte Macron sea un hombre llamado Jean-Michel. Y la mujer de Macron presentó una demanda contra dos mujeres, una médium y una periodista independiente, según se llamaba ella, que lo decían en las redes sociales. También soltaron que sus hijos no son sus hijos. Una hija se quejaba de «la audacia de lo que se afirma y el peso que se da a estas afirmaciones». De que «cualquiera pueda decir cualquier cosa de cualquiera». Y «que se tarda mucho en dar marcha atrás». Pedro Sánchez: «Confundir libertad de expresión con libertad de difamación es una perversión democrática de desastrosas consecuencias».
Primero el muro y ahora la llamada a las movilizaciones. También el CIS disparatado. Y aquí nadie se mueve de su marca. Si se va Pedro, viene la ultraderecha a quitar las calles a Paco Rabal. Ceporros hay muchos. Fenómeno, solo uno.
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