Suscríbete a
ABC Premium

ARMA Y PADRINO

El cocodrilo de Errejón

Pueden ser circunstancias incómodas, repugnantes, frustrantes, indeseables y fastidiosas. En ocasiones mucho, de hecho. Pero lo que no son es un crimen

Montero, la pitonisa

Que dimita Ayuso

Rebeca Argudo

Esta funcionalidad es sólo para registrados

La caída de Íñigo Errejón ilustra perfectamente aquello que decía Churchill de que alimentar al cocodrilo sólo sirve para aspirar a ser devorado el último, no para evitar que nos muerda la mano. Y a Errejón se lo acaba de merendar un cocodrilo amamantado ... a sus pechos. No me alegro en absoluto: creo que estos juicios sumarísimos en plaza pública, que tanto celebran las Cristinas Falláras de la vida, son rémoras a evitar en una democracia sana. Precisamente las garantías procesales y la presunción de inocencia son conquistas sociales que apuntalan con firmeza un Estado de derecho. Pero lo que me preocupa ahora, más que esa presunción de inocencia de Errejón y el deseo de que pueda defenderse con toda garantía en sede judicial, que también y por el bien de todos, es que lo que han conseguido, a la vista de las declaraciones leídas, es instaurar un marco de pensamiento que, en contra de lo que dicen que pretendían conseguir, no nos empodera a las mujeres sino que nos infantiliza.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación