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Perdigones de plata

Valor de Rey

Marcharse ante el griterío suponía suprimir la esperanza que su sola presencia provocaba entre muchos valencianos

La verdadera gente

Blandenguerías

Ramón Palomar

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Liberaron París del yugo nazi a finales de agosto del 44. De Gaulle desfiló al frente de las tropas aliadas que recorrían los Campos Elíseos. De repente, el silbido de las balas, la confusión, el caos, la muchedumbre buscando refugio, arrojándose contra el suelo. Pero ... el general De Gaulle, no: mantuvo erguidos sus casi dos metros de estatura y miró con desprecio hacia los tejados buscando a esos francotiradores que sembraban muerte y desconcierto. La estampa pasó a la historia. En algunos trances hay que saber comportarse con la dignidad que exige el liderazgo.

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