PERDIGONES DE PLATA
Tolerancia
Habrá excepciones, claro que sí, pero la mayoría vivimos y dejamos vivir. Que no nos engañen
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LA cola del supermercado, ese remolino variopinto y manso, resulta tan espesa como larga. Armados de paciencia aguardamos nuestro turno encajados en la fila. Nadie pretende colarse para no montar bulla, al revés que el trompetero Bolaños el otro día. Observo a ese padre ... con aire de divorciado tristón acarreando hamburguesas porque ese fin de semana le tocan los críos, a esa abuela de impecable permanente y gafas con montura de carey, a ese amante de la charlotada gastronómica basada en el artificio saludable de unos alimentos insípidos, a ese solitario que carga mil birras (servidor), y luego a un tipo que llama la atención por su estampa...
Su tocado es el eslabón perdido entre el sombrero cordobés de Juanito Valderrama y el de Lee Van Cleef interpretando a un rudo pistolero. Sus ojos lucen maquillaje bermellón que rotura sus pómulos mientras se degrada. Sus uñas van enlutadas. Una especie de blusa de cuero deja al aire sus tetillas. Por abajo le cubre, también de cuero, una falda pantalón. Sus pies calzan botas militares dotadas de unas suelas de medio metro. Contrariamente a lo que se pueda sospechar, mana de esa persona una gran dignidad, incluso una aplastante elegancia de ultratumba. Ignoro si es trans, si es drag, si es esto o aquello. Y tampoco me importa. De hecho, nadie en la cola ni en ese local, salvo yo porque soy curioso y mirón, pierde una milésima de segundo en radiografiarle. La absoluta naturalidad flota sobre nuestras cabezas. Desde hace años la izquierda radical asegura que somos maltratadores, cafres, energúmenos, fachorros, cavernícolas, violentos. Pura carcundia que no soporta la diferencia y que lapida al que desencarrila del camino habitual. Es falso. Lo comprobé en esa cola. Somos pacíficos, tolerantes, educados, amables, solidarios y divertidos. Habrá excepciones, claro que sí, pero la mayoría vivimos y dejamos vivir. Que no nos engañen. España es un ejemplo de sincera tolerancia y lo comprobamos cada día en cada jodida cola. Y parece que este rasgo les fastidia.
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