perdigones de plata
El ruego
Sin amor somos mera carne y estamos emparentados con los autómatas de almas de acero
![El ruego](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/opinion/2022/08/16/pablo-U30862953884NvF-Rnqse3ctXOpXntjTVu07xgK-1200x630@abc.png)
Aseguraría que sus pupilas iban festoneadas por hebras de tristeza. Para no abrumarle con una letanía de tópicos, para no insultar su inteligencia, preferí callarme. Leí en alguna parte que en septiembre se observa un aumento de las separaciones. La vida en común de la ... pareja, 24 horas seguidas, durante el largo verano provoca monstruos estivales que erosionan el amor y eso se paga cuando la vuelta al cole. Creo que fue Céline el que sentenció que el amor era la felicidad al alcance de un caniche. Pero sin amor, ese estado de imbecilidad permanente, que dijo Léataud (me suena que lo dijo él), somos mera carne y estamos emparentados con los autómatas de almas de acero y gélida inteligencia artificial.
Mi amigo no engordará la estadística de septiembre porque se separó a principios de agosto. Maceró su decisión durante medio año. Lo suyo no fue una espantada de matador artista que esa tarde no consigue sacar las esencias del tarro. Tampoco se plantifican cornamentas sobre las testas fruto de kikis clandestinos con terceras personas. Comprobó que no se podían salvar los muebles y tomó la iniciativa sin posibilidad de marcha atrás. Como es persona seria, primero se lo comunicó a su esposa y luego a sus hijos veinteañeros. Marchó a cenar con ellos. Practicó pedagogía, gestionó las emociones. Nada de llantinas meridionales ni de psicodramas que lindan con los excesos que algunos forasteros nos atribuyen. Todo civilizado, sensato, contenido. «Esto es lo que hay», susurró el padre. El mayor lo sospechaba, el pequeño no. El postre apenas lo probaron. Sus hijos, dolidos como es lógico, sólo le pidieron una cosa: «Papá, si de repente encuentras novia por favor que no sea más joven que nosotros…». Se me antojó una petición acertada pues en estos tiempos uno se harta de ver tipos talludos labrarse sublimes ridículos al salir con jovencitas que los arrastran a bailar reguetón. «Si alguna vez me pillas con una más joven que mis hijos te ruego de verdad que me des una paliza», murmuró. Le di mi palabra.
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