PERDIGONES DE PLATA
Queridos horarios nuestros
Nórdicos y sajones de cartera robusta suspiran por instalarse en nuestra tierra, y no les cuesta adaptarse
El arte de la venta
Médicos
Se establecía una tregua precaria entre las tribus urbanas de aquel entonces. Skins, rockers, mods, moteros rudos de barbas de chivo como las de Valle-Inclán, pijos, jipis del Antiguo Testamento y atolondrados en general de los que salían una noche buscando emociones variadas, ante ... la necesidad de repostar y reponer fuerzas, acudían a partir de las 5 de la madrugada hasta un horno que elaboraba unos bocadillos suculentos. Se bautizó rápido a ese oasis como «el horno de los borrachos». Mi bocata favorito era el de atún, tomate y aceitunas, muy oleoso a ser posible. Un local así de típico, castizo y estrambótico no creo que tuviese réplicas en Europa. Por su carácter y su horario.
Los horarios que gastan nuestros primos hermanos allende Pirineos les sentarán de maravilla a ellos, pero a nosotros no tanto. Inútil insistir en las diferencias del clima, de nuestro particular modo de vida extramuros y del suyo más bien tirando a intramuros. La manía por admirar sus horarios y despreciar los nuestros se me antoja un poco paleta y, en cualquier caso, cargada de complejo de inferioridad. ¿Y por qué va a ser mejor el de ellos? Los guiris que critican la siesta, cuando veranean sobre las arenas de nuestras playas, tras zampar una paella o incluso un arroz con cosas convenientemente vitaminado por una sangría cabezona, oh milagro, se cascan un siestorro de varias horas y descubren las bondades de nuestro famoso yoga ibérico. En Alfàs del Pi (Alicante) moran 2.000 noruegos, el 11 por ciento de la población, y no parece que se quejen de nuestros horarios. Gastan aire de vikingos domesticados que lucen cuernos mustios mientras esperan la mar de pacientes el momento de aterrizar en el Walhalla. Nórdicos y sajones de cartera robusta gracias a una golosa pensión suspiran por instalarse en nuestra tierra, y no les cuesta adaptarse al presunto desacato de nuestros famosos horarios. En cambio no conozco a ningún español, rico o pobre, que escoja esos países para acabar sus días encajado en unos horarios de autómata morigerado.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete