perdigones de plata

Cazar jueces

Los independentistas, municionados por un jefe máximo calzonazos, seguro que preferirían al juez de la horca Roy Bean

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Terminas la carrera. Te chupas, de media, unos cinco años empollando el temario entre la niebla de las cuatro paredes de una habitación que se metamorfosea en celda frailuna. Vences los nervios de la dura oposición llegado el supremo trance. Consigues, por fin, con los ... codos encallecidos, tu plaza de juez en buena lid, no en plan 'turnero' (los 'turneros', otro glorioso invento del PSOE), y entonces irrumpe en la tribuna de oradores la tal Míriam y te insulta desde la ferocidad de su mirada fanática mientras derrama un mensaje atrabiliario tolerado por la presidenta del Congreso, la que pimplaba copas en la clandestinidad cuando el encierro pandémico.

La fragilidad de nuestra memoria provoca amnesias atroces. Pero uno recuerda que, en lo más cruel de la crisis, gracias a los jueces miles de paisanos recuperaron el dinero que habían depositado de buena fe en aquellas preferentes turbias. Sí, fueron sus sentencias las que arrojaron un atisbo de esperanza en mitad del páramo. Y en aquel festival de mangarrufadas también trincaron a multitud de corruptos, muchos de ellos todavía hoy a la sombra. Nuestros jueces trabajan duro y su sueldo es de los más bajos de Europa. Imagino que entre ellos se esconde algún fantasma, algún bocazas, algún chanchullero. Como en cualquier gremio. Pero entre ellos prima la vocación, quizá esa cosa antigua en una sociedad hipnotizada por la urgencia de las pantallitas que se puede resumir en realizar tu labor manteniendo la rectitud y la discreción que se precisa. Los jueces, por mucho que desde la izquierda analfabeta nos vendan lo de la «convivencia», representan el último dique de contención ante el atropello de un gobierno y de un presidente que han perdido no sé si el norte, la cabeza o ambos a la vez. Y todo para que luego aterrice la tal Míriam y te acribille a insidias. Los independentistas, municionados por un jefe máximo calzonazos, seguro que preferirían al juez de la horca Roy Bean. Y escogerían a Paul Newman en el rol, que Walter Brennan no creo que les suene.

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