Perdigones de plata
La «blanquitud»
En Vitoria, optan por un «carnaval inclusivo» en el que se eviten «disfraces con motivos étnicos»
Sustancia, condumio y mejunje
La fariña y el whisky
La mayor de las dichas para algunos viene porque nos vestimos a nuestra guisa sin obedecer códigos que te obligan al traje. Por si fuera poco, nos afeitamos una vez a la semana, justo cuando la barba puede concederte aspecto de resaca permanente. Me siento ... harto suertudo por disfrutar de estas fruslerías que favorecen cierta vagancia mística. Acaso por todo esto nunca participamos, creo, en los carnavales o en otras fiestas que implican disfrazarte de algo, ya sea de moro, de cristiano, de duende o de policía de todo a cien. Vestimos, de normal, algo carnavaleros y con bastante mal gusto, de ahí que no conviene abusar militando en festejos de antifaz.
Pretendía uno llegar a los carnavales porque, en Vitoria, optan por un «carnaval inclusivo». Sí, «inclusivo». Desean, por aquello de la sacrosanta inclusión, que el personal adicto al jolgorio de efervescencia bullanguera y despiporre etílico evite «disfraces con motivos étnicos no blancos (chinos, africanos, indios)«. Apuntan tan brillantes cerebros que esto »enaltece la blanquitud«. Lo de la »blanquitud« me ha dejado muy loco. Sospechaba uno, como siempre en su inocencia, que los carnavales no era sino válvula de escape para que los modositos pudiesen tajar con fundamento al menos durante unos días. El orden habitual se tritura, la gente participa enloqueciendo bajo cierto control porque en esos trances casi todo se permite y, por fin, el oficinista probo muestra su presunto colmillo de gamberro a tiempo parcial o de pillastre fijo-discontinuo. No le veía mayor maldad, ni rastro de abuso de »blanquitud«, a los carnavales. Por otro lado, desconozco a qué obedece la preocupación inclusiva. Al fin y al cabo, cuando la apoteosis estalla, la mayor agresión visual se sufre al contemplar a esos señores gordos y con barba que gustan de vestirse de mujer. Porque siempre son señores gordos y con barba (a veces fuman puro) los que se lo montan de travestis, y no creo que esto responda a un homenaje a las mujeres barbudas de Tod Browning y su obra maestra 'Freaks'.
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