Perdigones de plata

Begoña Mercury

En cualquier caso, nuestro hispano 'chou' nunca defrauda y siempre continúa

A lo largo de estos años he observado, aunque no se trata de una investigación digamos científica, Dios me libre, que los fans de Queen se disgustan una barbaridad cuando les confiesas que no comulgas con su credo. Si les comentas que te parecía una ... banda grandilocuente, excesiva, pomposa, propensa a cierto histerismo musical y pelín hortera, lo encajan fatal y te odian el resto de sus vidas. El fenómeno del fanatismo me sorprende. Nunca tendría inconveniente en estrechar lazos de amistad con los seguidores de Queen, ¿y qué importan los gustos particulares en el campo melódico para fortalecer la hermandad entre las personas? No entiendo que algunos se enfaden tanto… Cuando me comentan que el Elvis de su última época en Las Vegas era una basura andante, se me antoja estupendo. Ningún problema. Ese es precisamente el Elvis que me chifla porque le veo acabado, sospecho que él lo sabe y que además adivina la cercanía de su muerte porque brilló en exceso demasiado pronto. Encuentro mucha gloria en ese derrumbe, en su aspecto porcino, embutido a presión en los trajes que le diseñaba Bill Belew, sudando a chorros y ciego de anfetaminas. Todos tenemos nuestras chaladuras, en fin.