PERDIGONES DE PLATA
El asombro
Retorcerán hasta el escalofrío la ley para librar a la esposa, al hermano y al fiscal
Encontrar empleo
La sonrisa del fiscal
Gracias a los derrapes de la familia socialista todavía soy capaz de asombrarme, y esto conviene agradecerlo desde la absoluta sinceridad. Cuando certificamos que se mueven chapoteando en el ombligo del exclusivo interés de su jefe, en el charco de su egoísmo, la sorpresa me ... noquea y acabo arrinconado contra la cuerdas. Son tan tremendos que consiguen arrastrarme hacia la perplejidad. Cepillarse la acusación popular que tanto defendían hace unos lustros, justo cuando la tropa pepera, acosada por sus corrupciones, intentaba fumigarla, supone otro cambio radical de rumbo. Pero ellos permanecen impasibles con Patxi López actuando de mamporrero desde esas orejas de soplillo que se le están quedando por culpa de las cortas patillas de las gafas que usa.
Causa asombro, en efecto, aunque también vergüenza y desazón. Pero centrémonos en los acontecimientos que nos orillan hacia el pasmo… Cuando superas de largo, ay, el medio siglo, se evapora la emoción que sentiste al leer por primera vez, yo qué sé, 'Muerte a crédito' de Céline, o al contemplar a William Holden vomitando plomo en 'Grupo salvaje'. Rara vez, en los tiempos que corren y con el bagaje que acarreamos, una novela o una película pulsa tus fibras más íntimas. Todo te suena, todo se te antoja fácil, tontorrón, prefabricado para contentar los paladares más modosos. El asesino suele ser un malandrín retorcido que deja pistas para putear, y la inspectora que le persigue, oh, soporta traumas de la infancia por culpa de un secreto familiar que data de su abuelita. Las fórmulas rutinarias nos invaden y fomentan el pensamiento perezoso. Casi nadie se arriesga y los viejunos nos aburrimos ante los nuevos productos (sí, son productos) que deberían de hidratar nuestros corazones solitarios. Por suerte, con el socialismo-sanchismo esto no ocurre. Siempre logran atiborrarnos con la papilla del estupor porque se superan a sí mismos. Retorcerán hasta el escalofrío la ley para librar a la esposa, al hermano y al fiscal. El sanchismo, y no la vida, sí da sorpresas.