tiempo recobrado
Sartre y Camus
Ambos se vieron empujados a una polarización que no deseaban. Hoy su debate resuena en la actualidad y en nuestras conciencias
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Sartre y Camus se conocieron en París en 1943 durante la ocupación alemana. Su primer encuentro fue un flechazo. Sartre había leído 'El extranjero' y Camus había hecho una crítica de 'La náusea'. En esa primera cita, Sartre ofreció a Camus que interpretara un ... papel en una obra de teatro suya.
Ocho años después se produjo la ruptura con motivo de la publicación de 'El hombre rebelde', objeto de una reseña implacable en 'Les Temps Modernes', la revista fundada y dirigida por Sartre. Camus se indignó y ello puso fin a la relación. Sartre escribió: «Mi querido Camus: nuestra amistad no ha sido fácil, pero la echaré de menos. Si la das hoy por finalizada, eso significa que tenía que llegar a su fin. Muchas cosas nos unieron, pocas nos separaron. Pero esas pocas siguen siendo muchas».
Camus nunca superó el resentimiento que le provocó el desprecio intelectual de Sartre, que, por así decirlo, ganó la batalla de la opinión pública. En la recta final de su vida, el autor de 'El ser y la nada' comentó que Camus había sido su «último mejor amigo», reconociendo su deuda con él.
Han pasado más de 70 años de la polémica entre los dos y el tiempo ayuda a comprender las posiciones de cada uno, a las que podemos seguir el rastro a través de sus escritos. En cierta forma, ambos tenían razón y, a la vez, se equivocaban. Pero lo más importante es que su debate sigue siendo tan relevante como entonces desde el punto de vista político.
No hay duda de que Sartre y Camus fueron víctimas de un tiempo que ellos representan mejor que nadie. A principios de los años 50, ya en plena Guerra Fría, se sintieron obligados a tomar partido en un mundo bipolar. El Partido Comunista francés tenía entonces 800.000 militantes y era la alternativa al régimen de la IV República.
Sartre se decantó por apoyar el estalinismo, obviando los procesos de Moscú y el liberticidio del comunismo soviético. Creía que el futuro de la izquierda estaba ligado a la suerte del socialismo real, que identificaba con la igualdad y el progreso. La represión de los disidentes era un incidente de recorrido.
Frente al pragmatismo, Camus defendió los principios y afirmó que la Unión Soviética había devenido en un infierno totalitario, donde no se respetaban los derechos humanos. La izquierda se alejó mayoritariamente de Camus y le marginó tras tacharle de cómplice del capitalismo. Su posterior posición respecto al conflicto en Argelia le condujo a un absoluto aislamiento. Sartre le acusó de traicionar la causa que ambos habían defendido.
Leyendo sus textos podemos constatar que ni Sartre era comunista ni negaba la libertad. Tampoco Camus era un reaccionario indiferente a las luchas obreras. Ambos se vieron empujados a una polarización que no deseaban. Hoy su debate resuena en la actualidad y en nuestras conciencias.
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