tiempo recobrado
Molestar al poder
Lo que da sentido a los medios de comunicación en una democracia es su función de vigilancia del poder
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Llevo casi 50 años ejerciendo el oficio del periodismo y jamás he encontrado un gobierno que tuviera una mínima comprensión del papel de los medios de comunicación en una democracia. Todos ellos se han lamentado de sufrir una persecución de la prensa cuando no de ... campañas de desprestigio orquestadas por oscuros intereses. O sea, de ser víctimas de una conspiración.
Ayer Carlos Alsina tuvo el acierto de preguntarle a Pedro Sánchez a qué medios se refiere en sus frecuentes alusiones a ese acoso en las páginas de los periódicos y en las emisoras de radio y televisión. Eludiendo la cuestión, lo que contestó es que existe una desproporción a favor de la derecha en las tertulias y en los espacios informativos. Pues bien: las dos cosas son falsas. Ni hay un acoso promovido por una mano misteriosa ni existe esa desigualdad.
Esa tendencia a deslegitimar los medios es uno de los rasgos definitorios del trumpismo. Al igual que el líder populista y de ultraderecha estadounidense, nuestro presidente tiene tendencia a los monólogos y a comparecer en los foros que él considera afines. Ayer hizo una excepción con Onda Cero y el periodismo salió ganando.
Fue una entrevista de enorme interés tanto por la crudeza de las preguntas como por el tono de las respuestas. Cada vez que Sánchez se veía atrapado en una contradicción, respondía a Alsina con un «fíjese» o con una oración adversativa para explicar lo que él llamó «cambios de opinión». Aun así, acorralado por su interlocutor, Sánchez sacó su mejor cara y sus habilidades retóricas. Demostró que no se rinde y que luchará hasta el último minuto para ganar las elecciones.
Fue Jefferson quien dijo que es preferible tener «periódicos sin democracia que democracia sin periódicos». Y tenía razón porque una cosa no se da sin la otra. Sólo existe libertad en cualquier régimen político cuando hay pluralismo informativo y la posibilidad de denunciar y criticar los abusos del que manda.
En realidad, lo que da sentido a los medios de comunicación en una democracia es su función de vigilancia del poder. La obligación del periodismo es mantenerse alerta frente a las desviaciones de los gobernantes y sus intentos de acallar las voces críticas. Y ello con independencia de su signo ideológico.
Siempre he creído que la prensa de derechas florece cuando gobierna la izquierda y viceversa. Los grandes hitos informativos como Watergate están vinculados a ese deber de ejercer como ojo vigilante de los abusos de un poder que siempre tiende a expandirse sin límites.
La relación entre los periodistas y los políticos es antagónica porque los intereses son opuestos. Cuando un periodista es halagado por cualquier gobierno es que no está cumpliendo con su obligación. Nuestro deber es molestar y decir las verdades incomodas. Así de simple y de difícil.
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