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tiempo recobrado

El hombrecillo que se creía Napoleón

Sánchez tendrá que pasar por las horcas caudinas si quiere ser investido con los votos de Junts

Pedro García Cuartango

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La mano invisible del destino o el capricho de los dioses guía la vida de los hombres, como escribieron los clásicos. Lo que no sabía Pedro Sánchez la noche de los resultados electorales era que la posibilidad de gobernar que le daban las urnas encerraba ... una maldición. Ahora ya lo sabe: tendrá que pasar por las horcas caudinas si quiere ser investido con los votos de Junts. Esto es lo que le exige Puigdemont, que no sólo impone una condiciones inaceptables para el PSOE sino que además quiere humillar al presidente del Gobierno y a las instituciones democráticas.

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