tiempo recobrado
Dos jueces ejemplares
Todavía quedan jueces independientes que no se dejan influir por el poder y que están dispuestos a pagar un alto precio por defender la Constitución
Ética y política
Decadencia imparable
No hay precedentes desde la Transición de un ataque al poder judicial como el que está llevando a cabo el Gobierno de Sánchez, que no pierde ocasión de deslegitimar a los tribunales cuando sus resoluciones son adversas.
Cualquier juez o fiscal sabía que la ... querella del presidente contra Peinado estaba destinada al fracaso. Era humo para fabricar titulares. Y también era previsible que el fiscal general del Estado acabara siendo investigado por el Supremo por revelación de secretos. Ambas decisiones han provocado la ira de un Gobierno que no entiende la separación de poderes ni asume la independencia de los tribunales.
Uno de los magistrados que han defendido el Estado de derecho en los últimos años ha sido Manuel Marchena, que dejará dentro de dos semanas la presidencia de la Sala Segunda. Hay que recordar que, cuando se filtraron los mensajes de Ignacio Cosidó a senadores del PP presumiendo de que Marchena iba a controlar el Supremo «por la puerta de atrás», éste renunció a presidir el Alto Tribunal. Ha demostrado su cualificación jurídica y su independencia. No le tembló el pulso a la hora de confirmar las penas por el caso Gürtel, al igual que exculpó a Pablo Iglesias de acusaciones temerarias.
Tras expirar sus mandatos, la salida de Marchena deja un vacío en unos momentos en los que el Gobierno está moviendo todos sus peones para domeñar el poder judicial. La persona que le sustituirá, al menos provisionalmente, es Andrés Martínez Arrieta, un juez de probada honestidad, de un compromiso indesmayable con la Justicia y que ha demostrado su independencia de criterio a lo largo de su dilatada carrera.
Martínez Arrieta lleva un cuarto de siglo como magistrado de la Sala Segunda, a la que accedió con 42 años de edad. Algo tuvo que ver su valiente investigación de los abusos policiales en la desaparición y asesinato de Santiago Corella 'El Nani' a principios de los años 80. Martínez Arrieta llegó hasta el fondo del asunto pese a chantajes y amenazas de las cloacas del Estado.
Por mucho que se les quiera señalar, Marchena y Martínez Arrieta son dos hombres que se han dedicado en cuerpo y alma a la noble tarea de impartir Justicia sin dejarse seducir por los cantos de sirena de la política, la fama o el dinero. Son dos servidores del Estado por vocación y convicción.
En un contexto en el que la política se ha convertido en un lodazal y en el que las instituciones están sometidas al descrédito, todavía quedan jueces independientes en este país, como le dijo un molinero a Federico II de Prusia, que tuvo la prudencia de callarse y reconocer la verdad del aserto. Sí, todavía quedan jueces independientes como Marchena y Arrieta que no se dejan influir por el poder y que están dispuestos a pagar un alto precio por defender la Constitución y las leyes.
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