Hazte premium Hazte premium

renglones torcidos

Sémper no aprende

Por favor, Borja, no nos tomes por idiotas, que bastante nos duele España ya y para eso no hay analgésicos suficientes

Fascistas por todas partes (24/8/2023)

Las tesis del niño (17/8/2023)

Mariona Gumpert

Esta funcionalidad es sólo para registrados

He estado postergando el escribir esta columna por una razón de lo más prosaica: sufro estos días un dolor de espalda que tiene reducido todo mi horizonte ontológico a esa parte de mi cuerpo, que es la forma pedante de decir que no estoy para ... otra cosa que no sea atiborrarme a analgésicos y jurar en arameo sobre la vulnerabilidad que implica ser alma encarnada o cuerpo animado. A veces me pregunto si nuestra capacidad para disfrutar del placer sensible compensa los niveles de dolor que podemos llegar a padecer. La parte positiva de todo este asunto es que con el alivio o la desaparición del sufrimiento físico aparece un tipo de felicidad singular: el regocijo que te invade simplemente porque no te duele nada. Lo malo es que se trata de una alegría muy pasajera, los seres humanos siempre anhelamos más y –peor aún– buscamos donde no toca. Olvidamos pronto lo mal que estábamos.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación