TIRO AL AIRE
A ti y a mí nos puede pasar lo que a Begoña
A la mujer de Pedro Sánchez parece que se le va a retrasar algo la investigación por un error del juzgado. Pero no es la primera
Sánchez todo lo puede
Ni venga, ni llame: ya no prestamos atención
La primera vez que entré en una fiscalía mi mente buscaba una placa. Tenía que haber alguna entre aquellos despachos de fiscales, por cierto de 4x4 (metros cuadrados), en los que la documentación se acumulaba en carritos del supermercado. Pero no. Ni rastro de ... las placas. Al final, pregunté. «¿Y el ayudante del fiscal?». Me lo dijo de forma educada, pero el mensaje era éste: «Tú has visto muchas películas».
La realidad es otra. A mi amiga Ana, madrileña, le han señalado un juicio por un despido, denunciado el año pasado, para mediados del que viene. Tiene suerte, porque para 2025 se vienen fechando juicios de lo Social desde el 23. Retrasos por la pandemia, parece. Antes decían que por la crisis del 2008.
Vuelvo a aquellos años y a la década que le siguió para que comprobemos que nada es nuevo. De Mallorca recuerdo a dos políticas isleñas. Una del PSOE y otra del PP. Tiempos del destape de la corrupción –Matas, Unió Mallorquina…–. Ambas se vieron imputadas en procesos que luego quedaron en nada. De esos casos que pueden sepultar una carrera y, aunque no lo consigan, queman a la persona. Diligencias por aquí, denuncias por allí, archivo parcial, reapertura… Sin ley de plazos. Estuvieron imputadas años, tiempo en el que se defendieron a capa y espada, pero con la procesión por dentro. No me imagino la impotencia de verte en un procedimiento judicial sabiéndote inocente sabiendo cómo funciona la máquina.
Vuelvo al presente. Conozco gente que ha esperado –desesperado– años para cobrar una indemnización, porque se perdió un número de cuenta, no se localizó a fulanito. También a decenas de abogados y funcionarios judiciales con batallitas sobre este o aquel día que se cayó Minerva, el sistema informático. Ustedes y yo conocemos a personajes públicos que salieron limpios de un proceso, a famosos que se quejaron de que la prensa se enteró antes que ellos, de que se filtraron datos de investigaciones secretas. Piensen en los grandes casos judiciales que han marcado nuestra agenda reciente. A Begoña Gómez, la mujer de Pedro Sánchez, parece que se le va a retrasar algo la investigación por un error del juzgado. Es libre de albergar sospechas. Pero no es la primera.
No nos quedaremos en el mal de muchos… No. Nada de esto es defendible. Para que la Justicia sea justa ha de ser rápida, efectiva y limpia. En cualquier actividad humana el error cero no existe, pero hay menos papeletas cuanto más inviertes en ella.
El Consejo General del Poder Judicial y los colegios de abogados denuncian cada año la falta de jueces y funcionarios. Las bajas ratios respecto a Europa. La escasez de medios. La infrafinanciación del sistema. El Plan de Regeneración Democrática de Sánchez habla del control de la de los medios. Hasta donde sabemos, nada de mejorar la del sistema judicial. Así que de momento, a cualquiera nos puede pasar un día como a su esposa. Lo demás son películas.
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