TIRO AL AIRE
Pros y contras de no aplaudir
Los gestos son importantes porque quedan para la historia. Por eso otros ni van al acto. De ellos no se espera que aplaudan
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![Pros y contras de no aplaudir](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/opinion/2023/11/30/ESCUCHA-fuentealamo-1200x840(2)-RXCJS2jWjQ5L2bhzvFdLL7M-1200x840@abc.jpg)
Cuando Francina Armengol comenzó su discurso de apertura solemne de las Cortes pensé que nos la habían cambiado. Con esas primeras frases y esos cuadros… estaba claro que no era ella. Nos la habían suplantado, igual era la Inteligencia Artificial haciendo de las suyas. Empezó ... hablando de cómo la Monarquía y la Iglesia contribuyeron a instaurar y reforzar la democracia en España y encima iba ataviada con un vestido con estampado príncipe de Gales. «No es ella, algo le ha pasado», dije para mis adentros. Menos mal que enseguida volvió a lo suyo. Cuando empezó a enumerar «algunas» de las leyes –todas del PSOE– respiré. Qué quieren que les diga, a mí los cambios bruscos en política me alarman. Me inspira más tranquilidad saber que Armengol sigue siendo Armengol y sigue haciendo de Armengol. Mucho más honesto y menos engañoso. Porque luego, cuando un político cambia de opinión o de forma de comportarse una no sabe si la personalidad verdadera es la primera que conoció o la segunda. Nos pasa con Sánchez. Aunque lo tenemos hasta en la sopa no lo conocemos nadie y por eso, el pobre, se ve obligado a sacar libros por doquier sobre sí mismo y hasta a rodarse series. ¿Narcisismo? No, servicio público.
El PP no aplaudió a Armengol, porque lo consideró un discurso «de parte» y a saber si la decisión se tomó en ese momento o se traía consensuada de casa, porque la presidenta del Congreso, salvo a mí al principio, no sorprendió a nadie. Por eso está ahí. No por oposición pública sino por bendición privada de su señor.
Comentaron en Vox que el recital de Armengol fue un «mitin» y no sé donde está la sorpresa. El PSOE está siempre en campaña y esto se sabe en este país desde el Pleistoceno, ¿no? Es decir, todo discurrió sin cambios, salvo el no aplauso del PP. Y ahí, permítanme dudar. La realidad es la que es desde hace tiempo y hacerse el sorprendido y el enfadado está muy bien, pero ¿qué más aporta?
Por supuesto que los gestos son importantes porque quedan para la historia. Por eso otros ni van al acto. De ellos no se espera que aplaudan. No sé si el PP debió hacerlo o no, pero sí que el PSOE rentabiliza –y por eso provoca– hasta el infinito esas decisiones que los populares parecen tomar desde la extrañeza. ¿Dónde está la novedad en que el sanchismo utilice las instituciones para hacer partidismo?
Me dirán, ¿qué podía hacer el PP, entonces? Si tuviera la respuesta, no hubiera titulado con pros y contras, pero, existía la opción de aplaudir, aunque poquito, como hicieron algunas manos.
No está claro si el PP quiere pasarse toda la legislatura enfadado, pero el partido que ganó las elecciones no puede permitirse hacerlo y menos aún hacerlo instalado en el desconcierto. Para ganarle a alguien lo primero, siempre, es conocerlo bien. Porque la mejor forma de que el partido se te complique cada vez más es esa: no saber contra quién juegas.
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