Diez deseos para Igualdad

Ha de ser duro darse cuenta de que sólo te han querido por interés, que nunca hubo amor real ni conexión alguna. Por eso, hay que entender la última pataleta de Montero. Le ha deseado a la nueva ministra de Igualdad «valentía para incomodar a los amigos de Sánchez». Ahí te quedas, relación falsa, y ahí se quedan tus amigos, a los que les deseo lo peor, le ha venido a decir al presidente. Para querer romper estereotipos, Montero no interpreta nada mal el papel de mujer que va por ahí deseando la desgracia ajena. Debe de creer la de Podemos que fabricar ofendiditos le da votos. Pero hay que disculparla. Estaba turbada, nublada por la rabia, fuera de control. Si hasta se ha presentado como una de las primeras feministas de la historia de España al ceder su cartera a Ana Redondo, la nueva ministra de Igualdad. «Hemos hecho preguntas que antes nadie se hacía», ha asegurado Montero. Ya verás cuando se entere de quién es Clara Campoamor.

A la exministra le hace falta descansar. Cuando esté más serena, ya desde la sororidad, seguro que alberga deseos más conciliadores para su sucesora. Basándose en su experiencia, le bastaría con recomendarle que no tropiece en sus mismas piedras. Le echamos una mano rápida:

1. Que no confunda sexo con género. Parece básico, pero luego se monta el lío. Pintarse las uñas o ponerse falda no hace mujer a nadie.

2. Que no apruebe leyes sin escuchar a los expertos en el Congreso, como sucedió con la ley trans.

3. Que las leyes que apruebe no terminen perjudicando a las mujeres y yendo en contra de la lucha contra la Violencia de Género como ocurrió con el 'sí es sí'.

4. Que pida perdón, reconozca sus errores y vote a favor de corregirlos si así sucede.

5. Que no fomente insultos contra las mujeres que no piensen como ella.

6. Que se reúna con las asociaciones feministas y las escuche.

7. Que no tengan que preguntarle continuamente dónde ha ido a parar el dinero de su ministerio.

8. Que aborde de raíz el problema de las mujeres esclavizadas y deshumanizadas por la prostitución.

9. Que no se esconda ante el debate de la influencia del porno en la infancia y la adolescencia.

10. Y, no está de más decirlo: que no monte un drama el día que, por lo que sea, tenga que dejar el ministerio.