TIRO AL AIRE
La culpa va a ser de Gaudí
Si Barcelona no tuviera atractivos, si no estuviera buena, si no fuera una ciudad amada por tanto turista, habría menos problemas de precios
Chomsky no murió y esto tampoco
Esas malas lenguas
El alcalde de Barcelona ha sentenciado sin juicio que los verdaderos causantes de la carestía de la vivienda en la ciudad son los turistas y quienes les alquilan pisos. La pena decretada para ambos es la ejecución. La del negocio, no la de los turistas. ... Se confirma con este anuncio que Cataluña es igualita al resto de España: se nos da mejor señalar culpables que diseñar soluciones.
Debe de ser más fácil, aunque en esto del turismo, podríamos hacerle algunas alegaciones a la tesis de Jaume Collboni. Puestos a buscar la raíz del problema, hay que llegar al fondo. Preguntarse, por ejemplo: ¿por qué vienen los turistas a Barcelona? Lo pone en la portada de las guías: se trata de una ciudad con una gran oferta patrimonial, cultural y gastronómica, que además ofrece sol y playa… A la naturaleza no podemos culparla, pero ¿qué hay de los arquitectos, artistas, chefs…? ¡Ahí están, los responsables! Voy a tirar la primera piedra contra uno de ellos. No al azar, sino por estricto orden de sitios más visitados de la ciudad: la Sagrada Familia, de Antoni Gaudí, es el primero. ¿Ven? He ahí una razón de tanto turista.
Ante esta certeza, por el lado prohibición, como con los pisos, se pueden tomar dos caminos: la parcial, que sería más nacionalista. Barcelona para los barceloneses y sus monumentos, también. Algo así como lo de la financiación y la singularidad. La otra opción sería la prohibición total, que pasaría por una demolición de monumentos. Sin ellos, se reducirían los turistas. Muerto el perro se acabó la rabia.
Si Barcelona no tuviera atractivos, si no estuviera buena, si no fuera una ciudad amada por tanto turista, habría muchos menos problemas de precios. El debate está ahora en la vivienda, pero los restaurantes en las zonas turísticas, ejem… No es por dar ideas, pero si abarata la hostelería, baja el IPC y los sueldos locales cunden más.
Los analistas inmobiliarios anglosajones tienen una máxima simple a la hora de valorar el mercado y sus inversiones. Tan sencilla que la repiten tres veces: «Location, location, location». Hay hasta un programa en la TV británica con ese título. No es por fastidiarle el plan a Collboni, yo sólo traduzco: los precios en los sitios atractivos siempre suben.
En NY, París, Londres… como aquí en Madrid, Barcelona, Mallorca y otras zonas preciosas y bien comunicadas, sufren ese mismo problema. En otras, no. De nuevo las dos Españas. ¿Hay opciones de solidaridad? Si se reubicó Abu Simbel, ¿por qué no el Park Güell? Ya les gustaría a la España vacía y a otras capitales de provincia a dos velas turísticas.
Se calcula que el año pasado el Ayuntamiento de Barcelona ingresó cerca de 50 millones de euros sólo por su tasa turística. Quizás eso explique que el mismo alcalde que culpa a los pisos turísticos de los altos precios, presuma en los foros empresariales de invertir millones en promocionar el turismo de su ciudad. No hay quién se aclare con estos problemas de guapos y ricos.