TIRO AL AIRE

10+1 formas de votar en el Congreso

Votar es complicado. Hablamos de lectura y comprensión

Claro que es Navidad en Venezuela

A ti y a mí nos puede pasar lo que a Begoña

No crean a quien les diga que votar en el Congreso es un simple trabajo binario –sí o no– que sólo admite el matiz de la abstención o, si acaso, la variedad de la ausencia. Considerar que todo es rojo o verde es subestimar el ... trabajo de nuestros diputados. Votar es complicado. Hablamos de lectura y comprensión. Pero también de análisis y convencimiento. Decidir conlleva un proceso mental para el diputado votante, máximo ejemplar de eso que con tanto gozo llamamos la fiesta de la democracia. Pero para ellos, votar no es una fiesta sino un trabajo. Con enjundia. Para que podamos valorarlo, les voy a referir aquí un puñado de modalidades de voto, 10 en concreto, que van más allá del sí/no/abstención.

La primera modalidad, la más extendida, es el voto de partido. Como no puede defenderse por sí misma, puesto que va en contra de la capacidad individual de decisión, se defiende por oposición: se llama tránsfuga a quien vota en contra de lo que ordena su partido. No obliga ni a leer.

Un segundo tipo, también muy utilizado, es el voto por rodillo. Se meten varias cositas en un 'pack', no importa si de la misma temática, y se acabó. Lo mismo da que leas o no.

El tercer tipo es el voto con la nariz tapada. Combina bien –muy bien– con los dos anteriores. Tu partido te obliga a votar esto o aquello. No te gusta, pero estás ahí por el partido. Le debes obediencia. Aquí casi mejor ni leer.

Existen el voto sin interés y el voto por prisa. Uno porque te da igual y el otro porque hace mucha falta. En ambos te puedes saltar el debate y pasarte por la Cámara sólo a darle al botón. No exige ni lectura, ni comprensión.

El sexto voto, relacionado con todos los demás, es el aritmético. Importa no por el contenido sino porque suma o resta. Por esta razón existe también el voto comprado y, de igual forma, el voto vendido. Depende de si pagas o recibes. Como del mercadeo se ocupan los partidos, tampoco tienes que leer mucho.

En noveno lugar hay que hablar del voto por error. Vas a votar y te lías –y lo ves enseguida–. Le puede pasar a cualquiera. Lo malo es que justo un voto sea decisivo y tu error le otorgue la victoria al contrario. Siempre se puede alegar que no fue error humano sino informático, pero no garantiza corrección alguna.

Todas estas modalidades de voto las vemos en San Jerónimo un día sí y otro también. Lo contrario que sucede con la que debería ser la modalidad estrella, la diez: el voto en conciencia. Fíjense lo poco que se practica, si es que se practica, que hubo un diputado, expulsado por su partido, que amenazó con usarlo. Es decir, con leer, comprender, decidir y votar por sí mismo.

A estas diez formas de votar hay que sumarle una más. El voto arrepentido. Es del que se habla estos días. Están PP y Vox queriendo revocar su consentimiento de voto. Pero, la verdad, no sé si se trata de una modalidad nueva o no es más que una variante de las diez anteriores.

Artículo solo para suscriptores
Tu suscripción al mejor periodismo
Anual
Un año por 20€
110€ 20€ Después de 1 año, 110€/año
Mensual
5 meses por 1€/mes
10'99€ 1€ Después de 5 meses, 10,99€/mes

Renovación a precio de tarifa vigente | Cancela cuando quieras

Ver comentarios