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La tercera

Un arte sin tiempo

Al flamenco se le augura una vida extensa; tanto a lo largo como a lo ancho. Nada volverá, pero todo está por ser

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Humanizar la política

Nieto

Luis Ybarra

Muchos de los grandes referentes del flamenco burlaron la estadística en lo que a la esperanza de vida se refiere, marchándose de este mundo antes de lo esperado. El Lebrijano, por ejemplo, argumentó aquello de que hay dos maneras de vivir: una a lo ... largo y otra a lo ancho, y que ya quisiera la mayoría haber vivido de la primera forma todo lo que él disfrutó de la segunda. La fatalidad del destino quiso que Camarón, Paco de Lucía, Enrique Morente, Pansequito, Moraíto o Manuel Molina, entre otros muchos, murieran a una edad temprana. En este contexto de ausencias, los que han logrado vivir también a lo largo multiplican su valor. Es el caso de Fosforito, José de la Tomasa, Carmen Linares, Juan Villar, Serranito o Manuela Carrasco. Representan hoy algo único dentro de una generación prácticamente perdida, y que con dificultades ha conseguido asentarse en el nuevo desarrollo del flamenco como arte escénico. Estamos por tanto en el momento de la historia con mayor escasez de maestros, pero también en el que más valen y, paradójicamente, de menos presencia gozan. ¿Hacia dónde mira la contemporaneidad del flamenco?

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