Y los ricos éramos nosotros...

El problema con el que se encuentran los tontos contemporáneos, cualquiera que sea su naturaleza o inclinación sexual, es que ricos, lo que se dice ricos, hay poquísimos. Lo que abundan son los pobres y las clases medias. Claro, a los pobres, no solamente es imposible sacarles más dinero, porque no tienen, sino que, encima, hay que ayudarles. Es entonces, cuando los ojos del justiciero fiscal se fijan en la clase media, que no son millonarios, pero se les pueden subir los impuestos.

Primer problema: los profesionales, los pequeños empresarios, los autónomos, los comerciantes modestos, ven subir sus impuestos y disminuir su renta. Segundo: la subida de los costes salariales, a cargo de las empresas, invita a la deslocalización -marcharse a otros países- o a espantar las posibles inversiones de empresas de otros países. Tercero: no aumenta el empleo, y el ascenso social viene acompañado del castigo fiscal, con lo que el esfuerzo y la aspiración se frenan, porque vas a ganar un poco más, pero te van a poner más impuestos.

Los impuestos casi siempre suben, pero es que, en España, la subida de impuestos de los últimos treinta años, más de la mitad -el 60 por ciento- se ha concentrado en los seis años que lleva gobernando Pedro I, 'El Mentiroso'. Por si fuera poco, como para mantenerse en el poder hay que dar a los separatistas de la segunda región más rica de España, Cataluña, más dinero y perdonarles los más de 70.000 millones de euros que han ido acumulando como deuda, se prepara otra nueva subida de impuestos.

Ahora les toca a los medicamentos, porque los ricos van a pagar más por las recetas de la Seguridad Social. Y un rico, según el progresismo de María Jesús Montero -ministra de Hacienda- y Mónica García -ministra de Sanidad- es todo aquél español que gane más de 2.916 euros mensuales. Me imagino que habrá que ir a la farmacia con la declaración de la renta, y si esto se extiende, incluso para comprar una barra de pan, a ver si le va a costar lo mismo a un rico que ingresa 3.000 euros al mes, que a un camarero -pobre, claro- que sólo ingresa 2.000.

La clase media disminuye, cada vez paga más, pero tenemos que estar alegres y contentos por nuestro fabuloso ascenso social: los ricos éramos nosotros.