hay que vivir
Palestina y ultraderecha vs. amnistía y Begoña
PSOE y PP concentran sus mensajes en unas elecciones que son nacionales sobre Sánchez y Feijóo
El PSOE y su «querida Casa Real»
Cuando Puente puentea, Milei milea
Palestina y la ultraderecha contra amnistía y Begoña Gómez. Estos son los reclamos argumentales con los que los dos principales partidos españoles concurren a las elecciones, que tienen de europeas poco más que el nombre, y bien que lo siento.
En el actual mundo ... de abundancia de fuentes informativas y canales de desinformación, y ahora que vivimos en una sobrevaloración de la comunicación política, ambos partidos saben que el éxito está en colocar pocos mensajes, pero claros. Al PP se le está poniendo una buena campaña, porque hoy jueves se consuma el atropello de la amnistía y porque los asuntos de la mujer del presidente del Gobierno ya tienen dimensión de caso Begoña. Lejos de la interpretación unívoca monclovita según la cual las elecciones catalanas fueron un aval a la política de apaciguamiento de Sánchez hacia Cataluña, lo cierto es que Illa mejoró porque pescó votos independentistas porque cedió. La prueba es que Alejandro Fernández le pegó un mordisco a Illa que algunos demóscopos cifran en 75.000 votos. En Moncloa saben que el partido que más creció fue el PP y esto tiene una lectura nacional trascendental: con un partido fuerte en Cataluña, Feijóo podrá gobernar en Madrid, porque ese es su principal agujero electoral. Por eso, si el vínculo Illa-amnistía ha sido bueno para el PP en Cataluña, ¿cómo no le va a beneficiar en el resto de España, más aún si el día grande se produce hoy en plena campaña electoral? Bueno para el PP.
Con la mujer del presidente pasa algo parecido: gracias a la carta de Sánchez, Gómez entró en los titulares europeos junto a la palabra corrupción. El aval de la Audiencia Provincial a la investigación del juez Peinado supone que el escándalo supera ya lo estético y lo ético, y entra en el campo de la responsabilidad penal. Bueno para el PP siempre que el presidente del Gobierno siga bunkerizado y sus portavoces intentando considerar que todo es un bulo. Es probable que ya sea tarde hasta para dar explicaciones, una estrategia de transparencia que podría haber frenado el caso en términos de opinión pública.
Enfrente, Sánchez ha puesto la mitad de sus boletos al miedo a la ultraderecha, ya sea en forma de ataque a Milei o en forma de presión a las empresas. Esto es un clásico desde 2018 y el Gobierno no va a renunciar a esa bandera, a pesar de que Vox lleva gobernando un año y no se ha violado ningún derecho fundamental. La otra mitad de los boletos está en el reconocimiento del Estado palestino, donde el PSOE aspira a zamparse a Sumar y por eso Sánchez sigue dando pasos hacia el enfrentamiento con Israel. Ayer calificó los excesos de Netanyahu como genocidio. Todo esto es bueno para el PSOE, pero no a costa del PP, sino de Sumar. ¿O es que, como advirtió ayer en Cope el tron Expósito, quiere pescar el millón de votos árabes censados en España?