HAY QUE VIVIR
Me gusta la fruta
¿Cómo es posible que Ayuso escuchara el ataque de Sánchez a su hermano si estaba oyendo música con los auriculares puestos?
Los martillazos de Begoña
Lobato dijo no
Isabel Díaz Ayuso llevaba puestos unos auriculares cuando pronunció aquel exabrupto contra Sánchez desde la tribuna del Congreso. Lo hizo al escuchar al presidente del Gobierno atacar a su hermano. Ayuso estaba oyendo música, pero nadie se percató. Ella fue allí a respaldar a Alberto ... Núñez Feijóo, no a escuchar al presidente, así que decidió pincharse unos temas con el móvil, que llevaba en ese instante sujeto con la mano izquierda. La pregunta es cómo pudo entonces entender la provocación del presidente.
Este detalle ha pasado inadvertido a la opinión pública, pero ha sido desvelado por Cristian Campos, que acaba de publicar un excelente libro titulado 'Me gusta la fruta', que es una biografía de Ayuso, pero no sólo; que es una crónica del momento político, pero no sólo. Es, en definitiva, un gran ensayo sobre el choque cultural y las recetas que utiliza la lideresa madrileña para frenar lo que la lideresa alfa, Esperanza Aguirre, combatió durante años: la superioridad moral de la izquierda. La expresión «me gusta la fruta» no es exactamente lo que dijo Ayuso, es lo que ella le escribió a su jefe de Gabinete, Miguel Ángel Rodríguez, cuando este le preguntó si había dicho lo que parecía: «qué hijo de puta». Una frase que, como bien apunta Campos, no es lo mismo que «eres un hijo de puta». Cuestión de matices. Pero, entonces, ¿estaba escuchando música o estaba escuchando al presidente?
El fin de semana acudí al 41 Congreso federal del PSOE. Me llamó la atención que no se citó a Ayuso, némesis de Sánchez y ogro de la izquierda española. Sí se habló hasta la saciedad de «la derecha y la ultraderecha» y se dibujó una realidad consistente en que los poderes mediáticos, judicial, empresarial y Dios sabe cuáles más están coordinados para acabar con el presidente del Gobierno y con el PSOE, un partido que como dijo una ministra ayer al llegar a Ferraz «sólo quiere hacer el bien». Y dale con la superioridad moral. Pero no se citó a Ayuso.
Sin embargo, el lunes por la mañana tres ministros salieron en tromba contra ella: Isabel Rodríguez, Diana Morant y Óscar López, que pronto será el adversario de la presidenta de la Comunidad de Madrid. ¿Y qué hizo Ayuso? Comer fruta y, recién llegada de Corea del Sur, arremeter contra el congreso socialista: «Se han comportado como norcoreanos, que no conocen lo que hay al otro lado del muro». Dos tazas, y todos contentos. Ayer, el delegado del Gobierno en Madrid también se sumó al coro de ataques. Conclusión: Sánchez sigue obsesionado con Ayuso, pero en ese congreso de autoafirmación no quiso que nadie le quitara protagonismo, salvo Zapatero y Begoña Gómez. Pero de los malos, nadie.
Volviendo a la pregunta inicial: ¿cómo es posible que Ayuso escuchara el ataque de Sánchez si estaba oyendo música? Me lo dijo Cristian Campos, que además de escribir muy bien tiene buenas fuentes: justo en ese momento se produjo el corto silencio entre el final de una canción y el comienzo de la siguiente. Y ella escuchó «hermano de Ayuso».