hay que vivir
¿Enviaría usted a su hijo al frente?
Sánchez carece de liderazgo para plantear a la sociedad debates incómodos. González sí lo hizo
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¿Está usted dispuesto a enviar a su hijo al frente? ¿Y a su hija? La pregunta se las trae y no es que sea lo deseable, ni siquiera lo probable, pero una sociedad madura debe prepararse para responderla.
Están pasando cosas que nos ... retrotraen a 1989 o incluso a 1945. La Comisión Europea presentó ayer su Libro Blanco sobre la Defensa, el ambicioso plan de inversión en seguridad para dotar a los Veintisiete del concepto clave para la nueva legislatura: la autonomía estratégica. El Parlamento alemán aprobó el lunes una reforma de la Constitución para emprender el rearme y pasar a una economía de guerra. En Francia se debate hasta dónde compartir con la UE su botón rojo nuclear, una herramienta disuasoria de primer orden. Reino Unido, que se acaba de ir, se sienta en nuestra mesa y se esfuerza en reconstruir las relaciones bilaterales. Hace ahora un año Suecia ingresó en la OTAN. Los países Bálticos y los tres nórdicos más Dinamarca forman un grupo de acción coordinada frente a la amenaza rusa, y algo parecido sucede con el grupo de Visegrado, la frontera este que forman Polonia, Hungría, Eslovaquia y Chequia. Finlandia comparte 1.300 kilómetros con Rusia y no hay cordillera que los separe. Por eso, y por el peso de la historia expansionista rusa, sus ciudadanos respaldan decididamente toda inversión en seguridad. Pero no sólo se rearman los países, también las opiniones públicas: y usted, ciudadano, ¿qué está dispuesto a hacer?
En España, sin embargo, el debate político está dominado por los eufemismos: no es gasto, es inversión, y es verdad; no es defensa, es seguridad, y es verdad ; no son armas, sino «políticas 360» que afectan a la industria, a la tecnología, a la innovación, y también es verdad. Todo esto es verdad, pero Pedro Sánchez no quiere ir al Parlamento a explicarlo, no quiere mirar a los ciudadanos a la cara y contarles la verdad porque a la izquierda española le incomoda enormemente. Hace falta liderazgo porque la nueva situación geoestratégica resultante del binomio Putin-Trump nos interpela a todos: a los Estados, sí, pero también a los ciudadanos. Felipe González asumió la entrada en la OTAN a pecho descubierto y la izquierda española dio un salto de 40 años. Sin embargo, hoy el presidente del Gobierno elude que algunos de sus socios sigan instalados en esa retórica previa a la caída del Muro. Sánchez es muy listo. Su ronda de reuniones con los grupos parlamentarios tenía un único objetivo: que lo vieran en Bruselas, donde no van a percibir el trampantojo.
Otro asunto concreto: la mili. En Europa el debate no está en su recuperación sino en la creación de un cuerpo de reservistas que tres o cuatro veces al año reciba formación durante unos días. Son debates que plantean los gobiernos europeos a sus ciudadanos. En Alemania van por delante y han cuadruplicado el número de reservistas del Ejército. ¿Y nosotros? ¿Se apuntaría usted? ¿Estaría dispuesto? ¿Y su hijo o su hija? Hablemos como una sociedad madura, si es que lo somos.
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