HAY QUE VIVIR
El año imprevisible
Con Sánchez aquí y Trump allá, 2025 comienza sin certezas a las que acudir en busca de refugio
Begoña Gómez o Aldama, ¿quién es el personaje político de 2024?
Vnezuela, ahora o nunca
A veces los años no comienzan el 1 de enero, sino antes o, también a veces, después. Depende. Por ejemplo, el siglo XXI no comenzó hasta el 11 de septiembre de 2001, con casi dos años de retraso, cuando Bin Laden derribó las Torres Gemelas ... y lo cambió todo para siempre. Es curioso: entonces pensábamos que el nuevo siglo –y también nuevo milenio– comenzaría puntual a las cero horas del 1 de enero con el llamado «efecto 2000» y lo que pasó es que no pasó nada, y la vida siguió igual, así que hubo que esperar a que algún acontecimiento sobrevenido marcara la diferencia con lo anterior. En España, el año 76, el del gran salto hacia la democracia, empezó el 22 de noviembre del 75 con la proclamación de Juan Carlos I y acabó el 15 de junio del 77 con las primeras elecciones. ¡Qué año tan largo, fueron diecinueve meses que cambiaron nuestra historia para siempre, y para bien! Cuando en noviembre se cumplan 50 años, ¿tendrá coraje este Gobierno para reconocer al principal promotor de ese legado de concordia?
Volvamos al principio: ¿cuándo empieza 2025? En Siria comenzó pronto, el 7 de diciembre, cuando cayó Al Assad, y en Caracas comenzará tarde, el 10 de enero, cuando al fin conozcamos qué pasa con Maduro y con Edmundo. Siguiendo esta lógica, en EE.UU. empezará el 20 de enero, cuando tome posesión Trump, pero todos sabemos que 2025 comenzó el 5 de noviembre con su victoria electoral.
¿Y en esta España nuestra? No es fácil responder, porque el debate público está sumido en un profundo letargo político del que sólo nos sacan los arreones judiciales sobre Pedro Sánchez. La política española vive rehén de su particular interpretación de los resultados de las generales de 2023. ¿Cómo va a comenzar 2025 si aquella noche de julio Sánchez decidió imponerse al mensaje de las urnas y hacer lo que hubiera que hacer para seguir en La Moncloa? ¿Cómo, si desde entonces vamos arrastrando los pies? Dónde estaríamos ahora si hubiera asumido su derrota y una nueva dirección del PSOE hubiese accedido a pactar -con condiciones, claro- con quien ganó las elecciones? ¿Nos iría mejor o nos iría peor? 'O tempora, o mores', ¡qué tiempos, qué costumbres!
En los momentos previos a las uvas tendemos hacer balance de los últimos doce meses. Es un convencionalismo, sí, pero el que ha tenido un mal año está deseando que suenen las campanadas para poner el 25 en el calendario y sepultar así el mal fario. Si uno lo piensa fríamente, es un día como otro cualquiera, la Tierra gira al ritmo de siempre y el Sol se escondió ayer a media tarde para levantarse pocos después de las 8 de la mañana del primer día del año. Pero no, en nuestras mentes no es un día más.
Y tras el balance personal, el colectivo: el de ciudadano de España, de Europa y del mundo. La política española malvive esperando lo inevitable, Europa sigue mirándose al espejo y el mundo contiene el aliento a la espera de Trump. Se cumple el primer cuarto de un siglo XXI que se despertó tarde pero que ahora corre demasiado rápido. Pese a las incertidumbres, feliz 2025, el año imprevisible.
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