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La Tercera

Constitución y raza

Puestos a reformar la Constitución, hay al menos otra palabra que convendría sustituir. Es 'raza'

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Nieto

José Manuel Sánchez Ron

Las constituciones reflejan lo que las naciones quieren ser. En las democracias auténticas son el espejo de los deseos de un mundo mejor, en el que los derechos de todos sus ciudadanos estén asegurados, eso sí, haciéndolos compatibles con el bienestar y seguridad del conjunto ... de la Nación. Su transcendencia es tal que todas las palabras que se emplean en ellas deben ser analizadas con sumo cuidado. En la justamente recordada con agradecimiento Constitución Española de 1812, la 'de Cádiz', el artículo 4 decía: «La Nación está obligada a conservar y proteger por leyes sabias y justas la libertad civil, la propiedad, y los demás derechos legítimos de todos los individuos que la componen». Creo que palabras como estas enorgullecerían al ciudadano que sintiera –y motivos históricos existían para ello– que sus derechos no habían sido respetados en el pasado. Ahora bien, la 'propiedad' de la que se hablaba ¿tenía límites? Y, por supuesto, había que establecer cuáles eran los «derechos legítimos» de los ciudadanos, porque, como regulaba el artículo tercero, «la soberanía reside esencialmente en la Nación y por lo mismo pertenece a esta exclusivamente el derecho de establecer sus leyes fundamentales».

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