LA SUERTA CONTRARIA
Olor a adelanto electoral
Iglesias ya descuenta que va a gobernar Feijóo y su único objetivo es asegurar la supervivencia de su empresa familiar
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Los gobiernos de Aznar y de Rajoy terminaron de modo imprevisto y precipitado, sin tiempo para que el país fuera asimilando que llegaba el final. En ambos casos la realidad vino a despertarnos con uno de esos sustos que te dan para cortarte el hipo, ... como una vuvuzela en el oído que te deja taquicárdico durante unos minutos y del que sales con el mismo hipo, pero con un astronauta en el Consejo de Ministros. En un caso fueron los atentados de Atocha en plena jornada de reflexión y, en el otro, una moción de censura tramposa por la que nadie daba un duro.
Sin embargo, los finales de los gobiernos de González y de Zapatero fueron diferentes, procesos largos, decadentes y anunciados, con crisis económicas, sociales e institucionales profundas que llenaron el país de moho y de pecina y que dejaron en el ambiente ese olor a humedad y a cuerpos en descomposición tan característico del PSOE cuando se va y del amor cuando termina. Sánchez no será menos que sus antecesores y se irá a la manera que marca la tradición. Lo sé porque ya llega hasta aquí el olor a charca, la peste del pozo anegado, el verdín del fracaso en curso lento. O sea, que ya tenemos aquí la misma crisis económica de siempre, el mismo caos en las instituciones, la demagogia de las pensiones, la fábrica de parados tradicional del socialismo y, esta vez, como novedad, violadores en la calle. Que Sánchez suelte violadores no está mal como acto feminista, la verdad, está a la altura de envenenar los ríos para salvar el océano o de liberar golpistas para evitar los golpes. Y el caso Mediador trayendo a escena la pureza de la tradición del fin de ciclo sociata con tráfico de influencias, cohecho, pertenencia a organización criminal y los clásicos: estafa, cohecho, falsedad, blanqueo, putas y farlopa. Entonces fue Roldán, ahora Tito Berni. Entonces Filesa, ahora los ERE. Parecido perro, parecido collar.
Si algo hemos aprendido de Sánchez es que no es tonto y que siempre miente. Descarten, por lo tanto, el relato anunciado de hecatombe en mayo, salida voluntaria de Podemos del Gobierno en junio, presidencia de la Unión Europea en solitario en el segundo semestre y elecciones en diciembre. Iglesias ya descuenta que va a gobernar Feijóo y su único objetivo es asegurar la supervivencia de su empresa familiar en ese nuevo escenario para poder liderar la 'oposición al fascismo' en la calle ante un PSOE muerto y descabezado. Es decir, su plan es reventar el de Sánchez. Y una presidencia de turno con Podemos en campaña, haciendo oposición e incendiando las calles delante de toda Europa es muy arriesgada para Sánchez. Y más tras el previsible descalabro de mayo, con el partido en guerra y pidiendo su cabeza, Yolanda Díaz desactivada y al servicio de Montero y el pánico a que un violador liberado reincida. No descarten que en lugar de la esperada crisis de Gobierno vayamos a un adelanto sorpresa y a un superdomingo en mayo. Es fácil de averiguar: si estos días lo niega, podemos darlo por hecho.
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