Hazte premium Hazte premium

la suerte contraria

Mbappé

El mundo se divide en dos clases de personas: los que triunfan y los que nunca han pasado por una mala racha

Agrupémonos todos en la lucha final

Una generación sin conexión

José F. Peláez

Esta funcionalidad es sólo para registrados

El mundo se divide en dos clases de personas: los que tenemos el síndrome del impostor y los impostores. Tengo la sensación de que Mbappé no es un impostor, por lo que necesariamente debe de sentirse como tal. No es necesario recordar que, a ... lo largo de una carrera prolongada, todo el mundo tiene malos momentos. Y más si el trabajo en cuestión depende del talento, que no es un grifo que se abra y se cierre a demanda sino, más bien, un regalo, un suceso improbable que inexplicablemente se repite una vez tras otra. Porque todo es don, todo es gracia. No sale de nosotros, viene a nosotros. No se crea, se recibe. Y como no nos pertenece, conviene no acostumbrarse a ello y aceptar con naturalidad que, eventualmente, es el manantial y no el grifo lo que se seca. Cuando eso sucede, conviene seguir adelante con dignidad, humildad y el mayor silencio que seas capaz de juntar. Lo contrario, es decir, sentirte especial, diferente y cacareando tonterías con esa soberbia que Dios reserva a los gilipollas, implica no haber comprendido absolutamente nada. En palabras de José Hierro, no eres dueño sino hermano menor de cuanto nombras.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación