Feijóo es él y sus circunstancias

Y si aún quedaran dudas de lo que quiso decir, ayer lo aclaraba desde Ferrol: «Dije y digo que no a ningún tipo de indulto porque no se dan ninguna de las condiciones para ningún posible indulto». O sea, no es un no rotundo. Es un no debido a las condiciones. E insiste: «Conmigo el independentismo no puede contar para cualquier tipo de indulto porque no se da ninguna condición para esa posibilidad». Lo importante de las frases no es el ‘no’ sino el por qué no. Feijóo no se niega a un indulto sino a un indulto bajo las condiciones actuales. El problema no son los indultos sino las circunstancias para poder otorgarlos. Si las circunstancias fueran otras, se podría hablar. ¿Y cuales son esas circunstancias? Volver a España, ser juzgados, verbalizar el arrepentimiento y abandonar la vía unilateral.

Todo esto no lo digo yo. Lo ha dicho Feijóo. Si no le parece bien lo que ha dicho, yo le recomendaría que no lo dijera. Pero los que escuchamos no podemos fingir que no ha dicho lo que ha dicho. Y los que, además de escuchar, comprendemos sus palabras, no podemos hacer como que nos dan igual. Porque son inoportunas y, sobre todo, muy graves. El presidente del PP está mostrándose abierto a indultar a Puigdemont bajo unas condiciones concretas. Y esa postura no es muy diferente a la de Sánchez. Aunque difieren en la amnistía, coinciden en que la vía para la ‘reconciliación’ es el perdón. Lo único que les diferencia son las condiciones. Para Feijóo son el arrepentimiento y el abandono de la vía unilateral. Para Sánchez solo el apoyo a su investidura.

Yo pensaba que la oposición a los indultos era para el PP un asunto de principios, de higiene democrática, de respeto a las sentencias del Poder Judicial y de negarse a «legitimar delitos», según palabras de Feijóo. Me equivocaba y desde este fin de semana entendemos que el PP ya acepta los indultos condicionados. Sánchez afirmaba, preguntado por sus cambios de opinión, que «la política no opera sobre un vacío sino sobre una realidad concreta», como queriendo decir que, si la realidad cambia, su postura también. Feijóo no lo dice, pero actúa igual. Es líquido como la lluvia en Monforte. Si siguen así, están a tiempo de perder Galicia frente a un partido independentista, lo que unido a un gobierno de Bildu o PNV en el País Vasco y otro de ERC o de Junts en Cataluña dibuja un mapa con tres frentes coordinados e imposible de gestionar. De lujo.