la suerte contraria
En defensa de Rajoy
Los mismos que hoy critican su inacción criticarían la acción excesiva
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Se ha instalado en parte de la derecha la creencia de que Rajoy tiene la culpa, -por inacción o falta de determinación- de lo sucedido en Cataluña en 2017. Y eso no solo es falso, sino que, además, es una tremenda inmoralidad. No se ... puede confundir a la víctima con el culpable. Que el golpe de estado tuviera lugar durante un gobierno de Rajoy no puede implicar que fuera su culpa. Sería lo mismo que culpar a Calvo Sotelo del golpe de Tejero o a Alcalá-Zamora del golpe del 34.
Es posible que Rajoy se equivocara en 2008 mandando a los liberales y a los conservadores a montar sus partidos, aunque, desde luego, lo comprendo y en su momento lo aplaudí. Pero de aquellos polvos vienen estos lodos. Si lo que quería era dejar claro que el centro-derecha no era un espacio excluyente sino amplio, el efecto conseguido fue el contrario. Si el centro derecha quiere tener la oportunidad de volver a gobernar algún día, eso pasa por concentrar el voto. El camino es evidente: si atraes de nuevo a los conservadores, Vox desaparece. Y si Vox desaparece, vuelve en masa el sector moderado al no existir el riesgo de gobernar con ellos.
Pero ese es otro tema. Es posible que se equivocara en eso. Y en más cosas. No en tantas, debo decir, porque si Iglesias no llegó a gobernar España -la memoria es frágil- se debe solamente a que Rajoy decidió no ejecutar los recortes que había prometido y a que el Estado estuvo donde tenía que a partir de 2011. Una deriva anarco capitalista habría dado alas al populismo y con razón: la gente tiene a ponerse nerviosa antes de morirse de hambre. Y si no fuimos intervenidos fue solo por la gestión de su equipo en momentos duros.
Pero, sin duda, los pasos dados en 2017 fueron los que había que dar. Se advirtió de que el referéndum era ilegal, se advirtieron las consecuencias penales y todos y cada uno de los políticos sabían las consecuencias a las que se enfrentaban. Y, aún así, decidieron hacerlo. En ese momento se aplicó el 155 -antes era inviable-, para lo cual se logró el apoyo de Ciudadanos y del PSOE. Sí, ese mismo Sánchez que cree que nunca se debió aplicar el 155, lo votó. Ese mismo Sánchez que piensa que había que meter a Puigdemont a la cárcel, culpa ahora al PP de judicializarlo. Gracias a ese 155 el estado pudo defenderse. Sin consenso, solo habría sido la defensa solitaria de la derecha. Gracias a que dio los pasos que dio, en el orden en el que los dio y con pulcritud procesal, los golpistas fueron detenidos, juzgados y encarcelados.
Es decir, ganamos. No debemos olvidarlo. Que el PSOE haya decidido cambiar de bando es otro tema. Pero eso no es culpa de Rajoy. Estos días le he visto en alguna entrevista y me ha producido desazón la injusticia que creo se ha cometido con él. Todo exceso -que era lo que nos pedía el cuerpo-, habría sido un error. Y los mismos que hoy critican su inacción criticarían la acción excesiva. Aunque acción excesiva, pensando en Rajoy, sea, posiblemente, el mayor oxímoron jamás escrito.
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