la suerte contraria
Clase media
La mayor parte de la población es clase media, una cosa de Renault Megane, forro polar de Decathlon y semanita en la playa en agosto
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Nos da igual lo que haga León
La clase alta no viene marcada solo por el dinero. Hay gente con mucho dinero que jamás será clase alta y gente de clase alta con apuros económicos. La clase la marcan los ingresos y el patrimonio, pero también la formación, la cultura, no chocar ... las copas en los brindis y no meterse las manos en el bolsillo mientras se habla con el Rey. Es un concepto abierto que se define con dificultad, pero que se percibe de modo sencillo y de forma intuitiva. Por ejemplo, un indicador de clase alta siempre fue la lectura diaria de uno o más periódicos. O el acceso a la tecnología. Pero esto ha cambiado, antes los pobres no leían y ahora ya no lee nadie. En cuanto a la tecnología, ya no es una barrera y no hay nada de especial en disponer de ordenador, teléfono móvil, frigorífico o automóvil, cosas que, hasta hace no tanto, aun no eran universales.
Pero por mucho que el nivel de la sociedad ascienda y, por lo tanto, los indicadores medios se acerquen hacia a los de la clase alta, la realidad es que no se puede ser de clase alta si no has nacido en ella. Se puede ganar dinero, sí. Pero ser de clase alta es otra cosa. Yo he conocido a muy poca gente de clase alta. Aunque, en realidad, también he conocido a poca gente de clase baja, es decir, gente que no solo tiene problemas económicos, sino que además reside en entornos de violencia, prostitución, delincuencia, analfabetismo o insalubridad. La mayor parte de la población es clase media, una cosa de Renault Megane, forro polar de Decathlon y semanita en la playa en agosto. Glovo los sábados, vermú los domingos y cenita ocasional en uno de esos locales sin mantel, que parecen un vivero y donde te suelen cascar atún marinado, pollo teriyaki y la maldita burrata.
Dicen que ya no hay clase media. Se equivocan. Lo que ya casi no hay es clase baja. La sociedad española ha avanzado mucho estos 45 años y lo sigue haciendo. Hay problemas, pero es que tener problemas es lo normal. Hace unos años a la izquierda populista le dio por hacer creer a la gente que la estación de destino es en realidad estación de salida y que una vida con todas las comodidades imaginables no es aspiracional sino exigible, creando una legión de personas frustradas y neuróticas. Les han engañado. Porque hay una diferencia entre dignidad y desahogo. Y, por mucho que lo repitan, viajar al sudeste asiático cada año, irse de escapada todos los puentes, tener dos coches, llevar al niño a montar a caballo y a estudiar a Irlanda no es 'lo mínimo' ni debajo de eso se es pobre. Y me preocupa observar que la derecha se está uniendo a esta conga de demagogia. Bien, ellos sabrán dónde quieren poner el límite de la pobreza, porque será el límite de su problema cuando gobiernen. Si solo hay clase baja, que la derecha se prepare para la revolución. Una revolución que, encima, habrán fomentado ellos. Decir que no hay clase media es muy de clase media, algo que ni la clase alta ni la baja dirían jamás. Entre otras cosas porque a ambos les va la vida en ello.
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