LA SUERTE CONTRARIA
Carvajal, Nacho, Valverde
De tanto mirar al Congreso, corremos el riesgo de olvidar dónde está el bien y dónde está el mal
Sol y Jerez en Londres
El lado correcto de la historia
En el minuto 92 del Real Madrid-Cádiz, Nacho coge un balón en la media luna de su área, lo abre a la banda izquierda para Vinicius y comienza a correr como si fuera una promesa a la Virgen de su pueblo. Cuatro segundos más ... tarde, Nacho es ya el segundo jugador más adelantado del Madrid, recibe el balón que le acaba de devolver Vini, hace un control orientado y sigue esprintado hasta que llega al área rival. El portero del Cádiz está ya prácticamente batido y, si quisiera, Nacho podría marcar sin oposición. Se llevaría una ovación enorme, está jugando en casa y, en realidad, nadie sabe si va a seguir el año que viene, así que podría lanzar, llevarse un baño de masas más que merecido y, de algún modo, ir despidiéndose de su público. En lugar de eso recuerda que es el capitán y le cede el gol a Joselu, que remata a placer y marca, llevándose el aplauso del Bernabéu.
En el minuto 57 de la final entre el Borussia de Dortmund y Real Madrid, Carvajal recibe dos entradas muy duras de Adeyemi. No recuerdo si antes o después de eso se caía al suelo tras otra entrada, levantaba la mano y reclamaba asistencia por lo que parecía una posible lesión, no lo tengo muy claro. En cualquier caso, Carvajal prefirió seguir y en el minuto 73 remataba un córner saltando por encima de diez torres prusianas para mandar el balón al fondo de la red.
Fede Valverde es el jugador que inicia la jugada y da el pase a Nacho el día de Cádiz. Por cierto, también es el que le acompaña hasta el final, a su manera, y el que llega justo detrás de Joselu por si este falla. Valverde es el amigo que te sigue con la mirada cuando crees que nadie te está mirando y que, cuando llegan los problemas, está a tu lado fumándose un cigarro y guiñándote un ojo con los cuellos de la chupa levantados. El sábado hizo un partido fantástico en Wembley, mostrando un compromiso enorme, un desgaste físico insuperable y una presencia decisiva en los lugares donde nadie mira. En esos lugares de los que otros huyen, él se recrea como un psicópata. No me gustaría tener un problema con Valverde. Y creo que Adeyemi ha aprendido que a él tampoco.
Los tres son canteranos del Madrid. Los dos primeros 'de nacimiento' y Fede desde los dieciséis años, cuando comenzó a jugar en el Castilla. No son super estrellas, no hacen anuncios de colonia ni son imagen internacional de nada. Pero el sábado los miraba y me sentía orgulloso. Son un ejemplo para todos, no solo para los jóvenes. El Madrid es lo que es por esta gente, por su esfuerzo, sacrificio e implicación. La calidad no se elige, como no se elige el talento o la belleza. Simplemente todo eso no depende de ti. Lo que sí que depende es el amor propio, la voluntad y la perseverancia. Y la honradez, y la honestidad y la profesionalidad. Estas cualidades no tienen tan buena prensa como los brotes de genialidad, pero son más importantes. Y hoy vengo a reivindicarlos porque, de tanto mirar al Congreso, corremos el riesgo de olvidar dónde está el bien y dónde está el mal.
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