La pisabién
'Febreaba' enero
Hay una España que no 'escracha' a Ayuso
'Febreaba' enero con frío y luz. Quizá la misma luz que en otros momentos, que en otro año y otro otoño, cuando rebotó en el Mediterráneo y entró en Barcelona. Cuando habló Borrell venciendo el rubor de sacar la bandera que es una Constitución. ... Fueron muchos, miles, y no acudieron a «dar oxígeno» precisamente a quienes gobiernan. Los drones, la altura, no mienten. Y en la mañana de Sol se mostraron hartos. Hartos de la mismísima hartura, hartos de los melifluos y los pusilánimes.
Es duro, pero Frankenstein, por los pruritos del timorato conservador español, va ganando el relato. Primero horadando los sectores estratégicos, después con la caricatura. Y ya, por último, denigrando el turbión de la España libre, de la tercera España que son Savater y Trapiello que, pudiendo abrigarse en el silencio, cumplieron, y se agradece el compromiso. Se difundió de mano en mano un cartel conceptual de mi amigo Alcalá, se vio una nariz pinochesca y gigante, icono salido de las mientes de Nieto cuando dibuja a Narciso Sánchez o a Tezanos.
Ante el fogonazo de la cámara sonreían los de la segunda fila, que es el truco para replegarlos si hay alguna proclama que les incomode el vals. Dios nos libre de los mansos y los pusilánimes, pero con ellos hay que tratar que también son hijos del Altísimo y de la Constitución. El domingo, y ya es miércoles, la Carta Magna procesionó por Madrid, y a Moncloa le pitaron los oídos, pero no será suficiente. Ya cruzaron con el «hombre de paz», y con Belarra, y con su masa crítica, el Rubicón del sentido común.
Nunca entendí que a una amorosa abuela que hace malabares con la pensión se le pueda decir «ultra» con esa voz campanuda con la que redunda en la nada, en el eco doloroso, el presidente Sánchez.
Fueron y estuvieron, con respeto, como los comunistas en los asesinatos del despacho laboralista de Atocha. Igual la imagen aérea desde Cibeles sí sea el símbolo despierto de la España del somatén que no ha de dormirse ante la canalla que cambia leyes, 'escracha' a Ayuso, y juega a la petanca con los más suyos.
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