LAPISABIéN
12-O
Es 12 de Octubre en los 'gaztetxes' de Alsasua, en la mirada de ese niño
Un domingo que es miércoles y que debiera relucir más que un sol. Una oración a los caídos por una bandera que es sacrosanta, sana, y garantía de Derecho. El pitido a Sánchez, que no es el jarabe democrático que propalaban los suyos con espumarajos ... entre caries, sino el sano pueblo pidiendo que salgan ya, por Dios, los cabestros. Que limpien la plaza.
La Virgen del Pilar bendice hoy, también, como siempre, en la otra vertiente del Moncayo. Y aunque llueva, un niño se agarra a los pantalones de su padre cuando el paso legionario a él, al padre, le evoca viejas historias en Edchera, o no tan lejanas en Bosnia, o de incluso ayer como quien dice en Afganistán. El niño ha madrugado, el padre también, y hay una vegana a la que la música militar no 'se la' levanta (Brassens), y rezaremos por ella, que tiene hoy faena en las Redes haciendo chistes del soldadito español, soldadito valiente.
Es 12 de Octubre en la lana de llama de los de la cofradía de la chompa (los que vinieron después de Evo Morales, que son la conga de Zapatero), en los apellidos castellanos de López Obrador y en los 'gaztetxes' con más pringue y bilis de Alsasua y alrededores. También allí es 12 de Octubre.
La muerte no es el final, aunque muchos quieran cambiarnos la trascendencia, la bella fe en la patria, por no sé qué cuestiones de entrepierna y géneros fluidos. Y es que España vive no sólo en los pífanos domésticos de La Castellana, sino en las murallas del Viejo San Juan de Puerto Rico, y en Cuartel del Bruch, y en el dardo místico de Santa Teresa. En el soldado de fortuna, y en la bata de Marañón, y en el duende de Lorca.
España es y permanecerá, que dijo Miguel de Unamuno antes de palmarla. Porque lo inmutable, España, puede intentar silenciarse, pero sale cuando más anochece.
Hoy es un día para pensarse y verse, todos, en ese niño que ve pasar alegre la escuadra de Gastadores, los blancos Cazadores de Jaca, los leales tricornios huérfanos de padre, muertos por los santones de Otegi.
Pensar la patria, sí, es un ejercicio recomendable para señalar a sus altos traidores.
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