parrillada mixta
El revolcón de Motos
La virtud de 'La revuelta' es haber forzado la reacción de 'El hormiguero'
Chanquete, arte y ensayo
Posverdad y preverdad
No vamos a descubrir aquí las virtudes de la competencia en un mercado cuyos actores tienden a espabilar en cuanto le ven las orejas al lobo. Es el consumidor el que sale ganando. Que sea una emisora pública la que anime el libre mercado es ... harina de otro costal, pero tampoco vamos a ponernos exquisitos a estas alturas con un Gobierno que, por no entrar en el pelaje de la compañía estable que interpreta sus obras maestras y completas en la emisora pública, se dedica a comprar acciones y a colocar consejeros en Telefónica, a montar una 'Sepi digital' y a plantear el desarrollo de una 'inteligencia artificial española' que da más miedo que un virus bielorruso.
La irrupción de 'La revuelta' de Broncano en La 1 ha tenido como efecto colateral la mejora cualitativa de los contenidos del programa contra el que se bate, que no es otro que 'El hormiguero' de Pablo Motos. Es el consumidor el que sale ganando. Lo broma nos va a salir por un pico, pero, total, el dinero se lo iban a fundir de todas formas, quizás en algo peor, por lo que no merece la pena alarmarse por los contenidos de un espacio que, al margen de una dicción que impide seguir el relato de sus intérpretes, es lo más parecido a cualquier revistilla de las que nuestros cómicos de progreso y autorreferencia han venido protagonizado en La 2. Que monten este teatrillo pandillero en TVE-1 es lo único reseñable de 'La revuelta'.
Es 'El hormiguero' el que por historia y posición de liderazgo más nos interesa. Acomodado en una franja en la que no tenía par ni rival, el magazín de Pablo Motos se había adocenado en las últimas temporadas, reducido a escaparate promocional de los lanzamientos de la industria del ocio, con especial dedicación, rozando la sobredosis, a las estrellas del reguetón. Bien está que Broncano haya obligado al equipo de Motos a tentarse la ropa, reaccionar y echar el resto en el comienzo de un curso televisivo en el que ya hemos podido disfrutar de las entrevistas de Rafa Nadal y Victoria Federica de Marichalar, personajes de postín para un programa que necesitaba, si no una revuelta, un buen revolcón. Tener en La 1 un programa de La 2 nos va a salir por un pico, pero más nos estamos gastando en Telefónica y en el programa extratelevisivo de un Ejecutivo obsesionado con la comunicación.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete