parrillada mixta
Lo que no tiene nombre
Quizás aún sea posible liberarse del periodismo de autor
En España se entierra muy mal (5/12/2023)
Al-Mudena (28/11/2023)
La cosa era muy rara, por bien hecha y presentada. Quizá se tratase de una pieza de publicidad encubierta pagada por la Xunta, porque no llevaba firma, detalle menor a estas alturas. Lo más extraño es que no apareciese por ningún lado, y mira que ... lo rebobinamos, la figura de ese reportero que en primer plano se antepone a la noticia y mueve las manos de forma compulsiva, cuando no tira de su prosa florida y el almizcle de la neocursilada, para protagonizar unos cortometrajes presuntamente informativos y en los que el personalismo –facial o intelectual, peor en este segundo grado– lo impregna todo, hasta eclipsar la imagen, la voz o la idea que hasta no hace mucho ocupaban toda la superficie de la pantalla. Periodismo de autor lo llaman, y aquí lo mismo entra una joven pintada como una puerta, bajo un paraguas y metida en un río para decir que llueve –esto es un subgénero con sus propios estándares– que un vendemotos de arte y ensayo, amaneramiento y vanidad.
Para nuestra desgracia y desconocimiento todo es ya periodismo de autor y pandereta, lo que, por simple omisión, multiplica la excelencia de la pieza que el pasado domingo pusieron en el informativo de Roberto Arce y Marta Reyero en la Cuatro, dedicada a la buena señora que desde hace un cuarto de siglo se encarga de la limpieza de la iglesia de Santa Comba, en Bande (Orense), templo cuyos tesoros ha aprendido a explicar a los turistas que la visitan. Quizá se tratase de una pieza de publicidad encubierta pagada por la Xunta, de tan primorosa y, a lo que vamos, anónima. No tenía ni unos miserables títulos de crédito, y tampoco salía nadie con un micrófono en la mano, tapándolo todo, la iglesia y la buena señora que la adecenta. Lo nunca visto.
Todo estaba cuidado, desde el montaje, con delicadas transiciones y superposiciones, al sonido, determinado por el eco, pasando por la fotografía, en claroscuro, tirando a gótico. De fondo, el 'Bluebird' de Alexis Ffrench. Quizá fuera una pieza de publicidad encubierta de la Xunta, o de la Diputación de Orense, quién sabe. De tratarse de una pieza informativa, sin embargo, habría que felicitar a sus autores, invisibles, profesionales. Lo nunca visto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete