En observción
Dios, leyes viejas y plasmas nuevos
Carles Puigdemont recibe a Andoni Ortuzar con una ikurriña en la tele de su chalé de Waterloo
Manolita Chen Deluxe (12/9/2023)
España es un país serio (11/9/2023)
![Ortuzar y Puigdemont, en Waterloo](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/opinion/2023/09/16/Sinttulo-RjAueU5CYeLQJ6HHoOCG6CK-758x531@abc-Rowl2H1ZN38HI6D76Sg0hZO-1200x840@abc.jpg)
No hubo 'aurresku' de bienvenida en Waterloo para el presidente del PNV, ni siquiera una banda paramilitar o de CDR encapuchados que interpretara los himnos nacionales del País Vasco y Cataluña. A falta de pan buenas son tortas. Puigdemont puso en Spotify una canción ... de Mocedades, que eran vascos. O quizá fuera El Consorcio. Con la España plural y multinivel no hay quien se aclare, ni siquiera con lo más básico.
—Te ha quedado la ikurriña que quita el hipo.
—Hacemos lo que podemos con lo poquito que tenemos, Andoni. El exilio es carencia.
Ahí estaba la ikurriña, ocupando la pantalla de la tele del saloncito de Puigdemont. El personal de servicio de la Casa de la República intentó agenciarse en Bruselas una de las Union Jack que arriaron y sobraron cuando lo del Brexit, para luego tunearla con cintas de colores, pero no encontraron nada. A lo más que llegaron fue a copiar y pegar la bandera regional vasca de una página de internet y ponerla en plano fijo en la tele del chalé, para darle un mínimo de solemnidad al encuentro bilateral entre el hambre y las ganas de comer. La escena, por grotesca, no fue más que la expresión de lo que Carles Puigdemont ha representado para la política catalana y vasca desde que huyó a Bélgica: un plasma, un espectro que aparece y desaparece de la pantalla, sintonizada en mítines callejeros y reuniones de Junts, la imagen virtual del quiero y no puedo, la sustanciación de la inmaterialidad a la que conduce la fantasmada.
Junto a las banderas de raso -qué brillo, y qué caída- de una Unión Europea que ya ha quitado a Puigdemont la inmunidad que se arrogaba y de una Cataluña en la que desde hace tiempo gana el PSOE de Sánchez y Zapatero, sabor amontillado, en la tele de la Casa de la República ponían el pasado vienes la ikurriña, congelada y en pausa, a su vez expresión de la parálisis que como una carta de ajuste entumece al PNV desde que el PSOE de Sánchez y Zapatero, sabor amontillado, metió en la dirección del Estado a EH Bildu.
Andoni y Carles echaron el rato hablando de Rubiales, de las jugadoras de la selección, de lo que está lloviendo este mes y del programa de Jorge Javier. Casi no hablaron de política. Fueron para lo de la foto, plasmada y resumida en un plasma, valga la redundancia, que ahora se llama Led o smart TV, pero que en la acepción que adoptó en la época de Mariano Rajoy sirve todavía para denominar lo que no existe sino en otra dimensión.
—Si quieres quitamos ya la ikurriña de la tele, que se ha ido el fotógrafo, y ponemos otra cosa, Andoni. ¿Has visto 'Patria'? Tengo HBO.
—Te había traído yo lo de Évole con Josu Ternera, Carles, por si querías echarle un ojo.
—Me mandaron el otro día un link... Si quieres vemos juntos la telenovela turca a la que estoy enganchado, que empieza dentro de media hora en un canal flamenco.
—¿Pero tú sabes flamenco?
—Algo se me quedó, de la Feria de Abril de Barcelona.
Andoni y Carles dejaron la ikurriña en la pantalla, fosilizada como estampa de su inmovilismo. Hablaron de todo un poco. De Daniel Sancho, del aceite de oliva y de la Liga. Lo hicieron en español, para entenderse, tras descartar la opción de autotraducirse, como propone Francina Armengol para los del bable.
—Además de negociar el uso oficial del catalán y el euskera en el Parlamento europeo, estamos con Sánchez y Yolanda a ver si traen banderas vascas a Bélgica. Desde que ETA dejó esconderse por aquí no hay quien las encuentre, Andoni.
—La intención es lo que cuenta, Carles. Te ha quedado estupenda la ikurriña, de verdad te lo digo. Ya te mando yo una de verdad si quieres.
Poco más se dijeron Andoni y Carles, más que nada por no abusar del idioma del Estado represor. De Sánchez, lo justo. En el exilio figurado de Puigdemont o en el País Vasco del blanqueamiento y la institucionalización de Otegi, los líderes de Junts y el PNV son conscientes de que si el presidente del Gobierno en funciones hace realidad todos los delirios del independentismo ellos dejarán de ser útiles, como hasta ahora, para engatusar a sus respectivas feligresías.
—¿Para qué nos van a votar a nosotros sin con Sánchez y sin intermediarios lo consiguen antes? Nos adelanta por la izquierda, Andoni, por la izquierda, y nos deja con lo puesto.
—Pon mejor la telenovela turca, Carles.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete