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tribuna abierta

Adrián Piera, un gran hombre para la conciliación y la concordia

Todos los que le conocimos, le echamos de menos….. En esta España desnortada, nos harían falta unos cuantos Adrianes Piera

Ayuntamiento de Madrid

Javier Vega de Seoane y Azpilicueta

El pasado lunes participé en un acto entrañable y reconfortante, por su simbología y por el clima de concordia y entendimiento que se respiraba. El acto presidido por nuestro alcalde de Madrid, consistía en la inauguración de la glorieta Adrián Piera Jiménez en honor y recuerdo del promotor e impulsor de Ifema. Allí nos congregamos familiares y amigos de Adrián y algunos viejos rockeros que habían participado en la puesta en marcha de este esencial y exitoso proyecto para Madrid y para España.

Tras la lectura por uno de sus hijos de unas notas escritas por el propio Adrián explicando lo complejo que resultó poner en marcha el proyecto, salieron, del brazo, a la palestra Ramón Tamames y José María Álvarez del Manzano, que, a pesar de estar en aquellos tiempos en posiciones políticas antagónicas, colaboraron con entusiasmo, en el lanzamiento de Ifema, contribuyendo a soslayar todos los obstáculos regulatorios administrativos y políticos, que aquel proyecto disruptivo presentaba. Llegado el turno de cierre del acto, José Luis Martinez Almeida con su habitual brillantez, resumió las cualidades de Adrián y su bonhomía enfatizando el enorme éxito y el inmenso valor que Ifema ha supuesto para Madrid, en el terreno económico, social y reputacional.

Adrián, fue una persona muy singular: hombre del renacimiento, cultísimo, de gran simpatía, gran conversador que lo mismo improvisaba unos ripios llenos de gracia e ingenio en un encuentro de amigos, que se despachaba cantando un aria o interpretaba una escena de 'La Venganza de Don Mendo'. Tenía una buenísima pluma y con el pincel pintaba unos cuadros preciosos (yo conservo una bonita acuarela de 'La Isla' que me regalo hará unos 25 años). Era ingenioso, inteligentísimo, simpático y empático, con enorme don de gentes, siempre buscaba y casi siempre encontraba la 'vía di Mezzo', o ideas innovadoras para alinear proyectos y voluntades.

Permítaseme contar una anécdota que define muy bien el espíritu de concordia y cómo con su ingenio y sentido del humor resolvía situaciones complicadas: serían los años 90 y después de unos años como director general del INI (Adrián en esa etapa me llamaba 'Javierini') volví al sector privado, incorporándome entre otros al consejo Thyssen Ibérica, presidido por mi gran amigo Jose Luis Álvarez Margaride. Un día, me comento José Luis, que sus jefes alemanes, le habían pedido que propusiéramos a un español relevante para incorporarse al consejo de Thyssen AG. y no dudé en recomendarle a Adrián Piera, que además de tantas virtudes, dominaba la lengua alemana, aparte del francés y el inglés. La incorporación de Adrián al consejo de Thyssen AG. se iba a producir en un junta de accionistas, que se preveía tormentosa, por las tensiones existentes en un grupo de accionistas que amenazaban con 'reventar' la junta. Pues bien, ya iniciada la junta y en pleno ambiente de tensión, se levantó un accionista, señalando a Adrián Piera e increpando al consejo por haber incorporado a un consejero español, que seguramente no hablaría alemán y que además era del Opus Dei.

Se levanto Adrián, con su flema británica y en perfecto alemán replicó que como podían observar, su alemán era muy correcto, lo que no tenía ningún mérito, pues había estudiado el bachillerato en el colegio alemán… y en cuanto a su pertenencia al Opus Dei, dijo no pertenecer a ninguna organización de esa naturaleza, aunque debía confesar que era socio de… (hizo una pausa) «el Real Madrid». Esa sencilla, ingeniosa y simpática salida hizo que la audiencia estallara en una risotada y que se ganara un aplauso de la asamblea, desapareciendo la tensión de aquella difícil junta, que a partir de aquel momento fue como un paseo militar. Terminada la junta, nuestros alemanes nos llamaron para felicitarnos por aquel extraordinario fichaje.

Así era Adrián: un gran hombre para la conciliación y la concordia. Todos los que le conocimos, le echamos de menos….. En esta España desnortada, nos harían falta unos cuantos Adrianes Piera.

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