Suscríbete a
ABC Premium

VISTO Y NO VISTO

Cosas preciosas

Nos son dados los herejes –explica san Agustín– para que no nos quedemos en la infancia. Ni esto se le alcanza a nuestra sociedad de zombis

El Nuevo Liberalio

Tom Paine

Ignacio Ruiz-Quintano

Esta funcionalidad es sólo para registrados

El nuevo proviso de Locke es la declaración de Rowan Atkinson (Mr. Bean) sobre las tres cosas preciosas de la vida: la primera, la comida en la boca (ecos de Hobbes); la segunda, expresarse libremente (ecos de Russell); y la tercera, un techo sobre ... la cabeza (ecos de Primo de Rivera). La tercera corre peligro (palabra causal) por los okupas y las comisiones de los políticos; la primera, por la inflación; y la segunda… La segunda, en realidad, jamás ha existido. En palabras de Mark Twain, definiendo la democracia americana (no nos cansemos de recordarlas): «Gracias a Dios contamos en nuestro país con tres cosas preciosas: la libertad de expresión, la libertad de conciencia y la prudencia de nunca practicarlas». Estamos, pues, como los monos de Borges, que podrían hablar si quisieran, pero que han resuelto no hacerlo para que no los hagan trabajar. O para no acabar en la cárcel con el aplauso del periodismo, hijillos todos de Pedro Rocamora, el que estuvo en un tris de privarnos de 'La familia de Pascual Duarte' porque una cosa es la libertad, y otra, el libertinaje.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación