VISTO Y NO VISTO
La ley de impunidades
«El Derecho es una de las cadenas con las que la burguesía esclavizó al proletariado, pero el 78 nos va liberando de ese peso»
El Sepu de la mentira
Reyes
La realidad es sofista: contra la seriedad, la risa; pero contra la risa, la seriedad. Al decir de los titulares de prensa (risa), las principales asociaciones judiciales (seriedad) advierten de que la ley de impunidades del PSOE es 'inconstitucional' (risa). Después de todo (cuando en ... España se es algo, decía Pemán, se es «después de todo», y sólo entonces es cuando se ha triunfado), ¿qué hay en España que no sea 'inconstitucional'? «El Derecho no existe, idiota», diría el famoso 'mosso d'esquadra' de la Republiqueta del 17, haciendo suyo sin saberlo el sentir de aquel personaje, Zibin, de Dombrovski en 'La facultad de las cosas inútiles': «En el mundo sólo existe la conveniencia socialista. Esto me lo enseñó una mujer, mi jueza instructora».
El Derecho es una de las cadenas con las que la burguesía esclavizó al proletariado, pero el 78 nos va liberando de ese peso. En los días de Dombrovski, el camarada Vishinski lo puso todo en orden. No tengan miedo del Derecho, dijo, nos llevaremos bien con él. Lo amputaremos sólo un poco. Y así lo hizo, con la satisfacción general. Unos años atrás, los profesores habían lanzado el eslogan «Abajo el derecho» desde sus cátedras universitarias. De la ley a la ley (debe de ser «el agudo sentido jurídico» que Sánchez Albornoz atribuía al españolejo común), hemos llegado a la ley de impunidades del legisperito Bolaños, nuestro Schmitt de complemento (todo Derecho es 'Situationrecht'), ministro que colecciona cargos extravagantes a fin de evitar «daños irreparables» a la democracia, cuento que lo mismo incluye la inscripción cautelar de Dani Olmo que la impunidad a granel para los círculos del presidente, pues «ser rey consiste en hacer todo impunemente» (Federico Barbarroja).
Lo del sanchismo (socialdemocracia de garrafón) con la ley de impunidades no es el rufianismo de los indultos preventivos de Biden, que son puro Scorsese; el sanchismo es berlanguiano, y recuerda a aquel presidente del Burgos que allá por el 77, en un partido contra el Barcelona en El Plantío, a orillas del Arlanzón (el río en cuyos cascajares acampara el Cid camino de su destierro en el 'Cantar'), saltó al campo con gorro ruso y paraguas inglés (la leyenda lo trasformaría en «un banderín de córner») a zurrar al árbitro que había pitado un penalti contra su equipo. ¡Un presidente a paraguazos contra los jueces! El del Burgos lo hizo para defender su cocido, que eran los puntos por la permanencia de su equipo en Primera División, objetivo al que contribuyó Cruyff fallando, aposta, su penalti, que suponía el empate, por temor a un linchamiento. Frente a la ley de impunidades, las asociaciones judiciales reparten estampas de la Constitución, «la única celebración posible», según los intelectuales (lo que eso signifique en España) abajofirmantes de otro Manifiesto (¡la Otra Ceja!) contra Franco y por la Partidocracia. 'Cejialtos' y 'cejibajos': 'highbrows' y 'lowbrows'.
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