Suscribete a
ABC Premium

UNA RAYA EN EL AGUA

Sororité

La liturgia olímpica relegó a sus teóricos protagonistas. El deporte como excusa de una exhibición de propaganda líquida

La cáscara de plátano

El rector magnífico

Ignacio Camacho

Esta funcionalidad es sólo para registrados

París puede con todo. Su despliegue de belleza urbana, su monumentalidad, su magnetismo y su grandeza histórica son imbatibles ante cualquier comparación que se le oponga. La vista de sus grandes perspectivas desde el aire, sobre todo de noche, la convierte en un escenario mágico ... capaz de sobreponerse a contratiempos inesperados, como la lluvia, y a la ramplona imaginación de cierto esnobismo contemporáneo. La ceremonia de apertura de los Juegos empezó mal, terminó bien y en medio atravesó una cordillera de altibajos que el esplendor de la ciudad cubrió con su manto embrujado. París es siempre un seguro para el éxito de un espectáculo; un solo plano de su majestuosidad paisajística endereza el más aparatoso de los fallos.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación