Hazte premium Hazte premium

PERDIGONES DE PLATA

Las señoritas

Las contratan abusando de su poder, y eso se me antoja abyecto, terrible, asqueroso

Quemar la ciudad

Mover el culo

Ramón Palomar

Esta funcionalidad es sólo para registrados

En todo este lío tan grasiento de las presuntas propinas que Aldama derramaba por ahí, según su versión, encontramos un interesante factor humano, digámoslo así, que rompe la codicia del vil metal con el asunto de las «señoritas», pulcro eufemismo que acaso nació con ... el célebre cuadro de Picasso, esas cinco prostitutas que formaban la alegre cuadrilla de 'Las señoritas de Avignon'. Se machihembran, pues, la codicia y la lujuria. La condición humana y sus pasiones, sus instintos, sus rincones oscuros, sus humedades de sesera rijosa, en fin.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación