Editorial
El PSOE descubre ahora el populismo de Sumar
Convertido en un impuesto encubierto que castiga al empresario, el último incremento del SMI obliga a Díaz a echar el resto para sobrevivir ante sus electores
A un lado y otro del Gobierno, PSOE y Sumar, la consigna es la misma, insistir en la buena salud de la que goza un Ejecutivo partido en dos como consecuencia de la tributación del salario mínimo y que lejos de aproximar posturas insiste en la confrontación directa. Ni siquiera con sus socios más díscolos y ante propuestas más gravosas para el Estado ha mostrado el núcleo duro de Moncloa una actitud tan beligerante como la exhibida días atrás por Óscar López o este mismo viernes por María Jesús Montero, que no duda ya en calificar de «populista fiscal» a Yolanda Díaz. Convertido en un impuesto encubierto que castiga al empresario, el último incremento del SMI obliga a Díaz a echar el resto para sobrevivir ante sus electores. Ha sido tanto el empeño político, que no social, puesto por la todavía líder de Sumar en su ofensiva sindical que el PSOE la maneja ahora, recogiendo y soltando cable, a conveniencia de parte. De momento y hasta nuevo aviso, la vicepresidenta segunda es una populista.
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