EDITORIALES
Los peligros de tener una deuda pública tan alta
No hay atisbo alguno de que el Ejecutivo vaya a poner en marcha una estrategia para reducirla
Desde hace meses, la deuda pública que acumula España está en preocupantes niveles de récord sin que, a priori, haya atisbo alguno de que el Ejecutivo vaya a poner en marcha una estrategia para reducirla. Además se convierte en un objetivo aún más lejano cuando, como ocurre ahora, entramos en un año de dobles comicios, en el que los gobiernos suelen tirar del colchón de ingresos que el Estado obtiene vía impuestos para incrementar las ayudas, las subvenciones y el gasto con criterios electoralistas en busca de votos.
El alto endeudamiento entraña peligros porque no deja de crecer la hipoteca a futuro del propio Estado. El primero de ellos es la vulnerabilidad que nos hace depender de las decisiones que pueda ir adoptando el BCE sobre el precio del dinero; el segundo es la contención del déficit público; y el tercero, y no menos significativo, la amenaza que empieza a cernirse sobre España por parte de agencias de calificación para rebajar el 'rating' de nuestra credibilidad.
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